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La pizarra: Con un trastorno bipolar

De rival intratable a vulgar aspirante. De tiránico dominador a esclavo involuntario. El Sevilla, aquel que castiga a sus oponentes cuando siente vulnerada su intimidad, firmó un encuentro de prismas diferentes.

el 08 nov 2009 / 23:19 h.

El Sevilla formó con un 4-5-1 en la recta final

Sometió al Villarreal en los primeros minutos, sesteó hasta el 2-2 y caricaturizó a su oponente en el ecuador del segundo acto. Es, con diferencia, el conjunto más imprevisible de la Liga.

Ante un firme candidato a pugnar por la Champions, el plantel de Nervión regaló minutos para inmortalizar en un DVD y castigó a la retina colectiva con fases de auténtico esperpento.

Jiménez cumplió con la lógica y, fiel a su tradición en el actual ejercicio, empleó un 4-4-2, con Negredo y Luis Fabiano en punta.Renato gobernó en la zona de creación junto a Zokora, y Fernando Navarro, apagado, y Sergio Sánchez, intermitente, ejercieron de laterales con fortuna diametralmente opuesta.

Las bandas, con Jesús Navas pletórico, penetraron hasta la saciedad en el área del Villarreal, que trató de secar a Negredo con un marcaje mixto de Marcano y Godín.

En los instantes finales, y cuando Ernesto Valverde multiplicó su ambición con un reagrupamiento de piezas, Jiménez reculó y optó por desplegar un 4-5-1 en el repliegue. Lolo sumó su disciplina a Zokora y Renato, que evitaron la sorpresa final.

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