La planta que Schott Solar tiene en el Parque de Actividades Medioambientales de Andalucía (PAMA) de Analcóllar ha comenzado a producir. La empresa ha creado 90 puestos de trabajo e invertido más de 20 millones de euros en una zona que estos días recuerda el desastre ecológico que provocó el vertido de Boliden.
Con la puesta en marcha de la primera línea de producción de la planta, dedicada a tubos absorbedores, la multinacional se suma a otras ya en funcionamiento en el PAMA, un proyecto impulsado por la Junta de Andalucía que se ha convertido en el primer parque empresarial de este tipo para incentivar la industria y el empleo en la comarca, así como recuperar el espacio afectado por la rotura de la balsa minera. Ya están adjudicadas 203 parcelas a 43 empresas.
Los tubos receptores que se fabrican en la planta son el componente clave de las centrales termoeléctricas solares de colectores cilindro-parabólicos, que convierten la energía solar en calor, aprovechando éste para la generación de energía eléctrica. Para su fabricación se utiliza la última tecnología de componentes y procesos de producción, haciendo de esta planta de Aznalcóllar la más avanzada tecnológicamente del mundo. Esta nueva fábrica ha supuesto más de 20 millones de euros, inversión apoyada por la Consejería de innovación, Ciencia y Empresa con un incentivo de 5,2 millones.
En la actualidad, la planta cuenta con 90 empleados, entre staff, ingenieros y operarios. Con respecto a estos últimos, hay 67 personas, de las que un 32% son mujeres. Schott Solar ha querido incorporar a su plantilla recursos humanos de la comarca del Corredor de la Plata, de manera que entre Aznalcóllar y los municipios colindantes suman el 71% del total de la plantilla.
Coincidiendo con el inicio de su producción, el delegado provincial de Innovación, Francisco Álvaro Julio, visitó ayer la planta en compañía del director general, Alberto Solá. En este momento, la fábrica se encuentra casi a pleno rendimiento.
Ayer se cumplieron diez años del vertido de la mina y La Junta de Andalucía "no tira la toalla" en su demanda judicial contra Boliden-Apirsa, propietaria de la mina, y estudia ampliar el Corredor Verde del Guadiamar, creado tras la regeneración de esta zona. Así lo dijo ayer la directora general de la Red de Espacios Naturales Protegidos de la Junta de Andalucía, Rosario Pintos, en un acto conmemorativo del décimo aniversario de aquel vertido tóxico, cien veces superior al del Prestige, según el Cetro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
En el mismo acto, el director de la Estación Biológica de Doñana, Fernando Hiraldo, calificó de "sobresaliente alto, muy cerca de la matrícula", la forma en la que se solucionó aquella catástrofe, pero matizó "que quedan muchas cosas por hacer si lo que queremos es tener una Doñana segura".
Hiraldo pidió también que se complete el Corredor Verde del Guadiamar para que cumpla su función de pasillo ecológico y que se extienda el programa de regeneración hídrica de Doñana denominado Doñana 2005 para defender la calidad de las aguas de este espacio protegido, que está amenazado por vertidos y por los cultivos.
La recuperación de la zona, de gran valor ecológico, requirió un desembolso de las administraciones de más de 200 millones de euros y movilizó un gran operativo de regeneración hidrológica.
