Economía

La planta sevillana de Coca-Cola asumirá más envasado pero no se libra del ajuste

La fábrica, ubicada junto al aeropuerto, absorberá parte de la producción de las cuatro que cerrará la compañía en España y acogerá a trabajadores desplazados, pero también se le aplicará el ERE.

el 04 feb 2014 / 23:45 h.

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La planta sevillana donde se envasan las bebidas de Coca-Cola para Andalucía, la comunidad extremeña y la provincia de Ciudad Real saldrá reforzada del previsto cierre de cuatro de sus embotelladoras en España al asumir más carga de producción. Sin embargo, no quedará al margen del expediente de regulación de empleo concebido a nivel nacional, según revelaron ayer fuentes sindicales. Fábrica sevillana de envasado de las marcas de Coca-Cola, ubicada en terrenos La Rinconada, junto al aeropuerto de San Pablo. / J. M. PAISANO Fábrica sevillana de envasado de las marcas de Coca-Cola, ubicada en terrenos La Rinconada, junto al aeropuerto de San Pablo. / J. M. PAISANO Coca-Cola Iberian Partners, empresa gestada tras la fusión de las concesionarias de la popular marca para la Península –entre ellas, la sevillana Rendelsur, ubicada en las cercanías del aeropuerto de San Pablo–, indicó ayer que la carga de trabajo de las fábricas que echarán el cerrojo –las de Fuenlabrada, Alicante, Palma de Mallorca y Oviedo– será asumida por la hispalense, la barcelonesa, la bilbaína y la valenciana. Es decir, serán absorbidas por cuatro de las siete restantes, dentro de un proceso de reestructuración surgido cuando ni siquiera se ha cumplido un año de la integración societaria. La compañía no ofreció más detalles al respecto, aunque la configuración geográfica de las envasadoras y el incremento de los costes del transporte (logística) hacen pronosticar que la antigua Rendelsur podría acaparar la zona de influencia de la fábrica de Fuenlabrada –Madrid y parte de Castilla-La Mancha–, además de una parte de Portugal. En cambio, la Andalucía oriental permanecerá bajo cobertura de la embotelladora radicada en Málaga –una de las provincias con mayor consumo en el país por el tirón que supone la masiva llegada de turistas cuando más se bebe, en verano–. Al comité de empresa de Sevilla se le ha trasladado también esta prevista ampliación de la producción, y que a esta fábrica llegarán trabajadores trasladados desde las clausuradas. «Sin más concreción», precisaron las fuentes sindicales. «Eso no quita para que también estemos sometidos aquí al ERE y que haya compañeros que tengan que salir, y si no con prejubilaciones, sí con despidos», agregaron. Ayer arrancaron los paros parciales de los trabajadores en otras factorías, con masiva incidencia en la región madrileña. El ajuste nacional afectará a una plantilla nacional de 1.250 personas. Se trata de la cifra que está encima de la mesa, y sujeta a negociación –más las condiciones de la salida laboral que el número en sí–. En la actualidad, 440 empleados son sevillanos, de los que 120 ejecutan las labores del envasado, siendo el resto comerciales y administrativos, a tenor de los datos ofrecidos por el comité. Éste ha convocado ya las primeras movilizaciones para visualizar su apoyo a los compañeros de las plantas que se quedarán sin actividad. El jueves por la mañana habrá una concentración a las puertas de la fábrica, según informó ayer el sindicato Comisiones Obreras. El proyecto de Coca-Cola Iberian Partners, además del refuerzo fabril, pasará también por traer hacia Sevilla una parte de los servicios de atención al cliente –bajo el criterio de optimización de los recursos– al asumir un área geográfica de mayor dimensión que la actual. Coca-Cola Iberian Partners explicó ayer que los cuatro cierres y su nuevo modelo de distribución geográfica implicará unos ahorros de 27 millones de euros. Se compromete, asimismo, a realizar inversiones que suman 15 millones tanto en las envasadoras que tendrán carga de trabajo adicional como en los almacenes de las zonas que se quedarán sin labor fabril. De hecho, la fórmula de distribución escogida es circular –de la periferia hacia el centro–, y no radial como hasta ahora. Esta configuración conllevará menores gastos logísticos, a añadir al descenso de costes sociales (nóminas y cotizaciones) por el recorte laboral. La compañía asegura que todas las plantas españolas tienen capacidad ociosa –producen por debajo de sus posibilidades–, de ahí que no habrá problemas para que Sevilla acoja más envasado de refrescos. Rendelsur ha sido siempre una mina, aunque desde el arranque de la crisis económica también ha sufrido la bajada del consumo y los refrescos alternativos. En el último ejercicio antes de ejecutarse la fusión, el de 2011, sus ventas se situaron en los 542,80 millones de euros –en años previos había rebasado el listón de los 600–, con un beneficio de 113,5 millones. Esta última cifra fue espectacular, pero se debió a ganancias extraordinarias, y no a las generadas por la actividad en sí de la compañía –un año antes, el resultado después de impuestos ascendió a 10,56 millones–. Y en cuanto al reparto geográfico del negocio de Rendelsur, algo menos del 89 por ciento era reportado por la comunidad andaluza, el 9 por ciento, por la de Extremadura, procediendo el resto de la provincia de Ciudad Real. Las familias Mora-Figueroa, Domecq, Gómez-Trenor y Argüelles eran sus principales accionistas. La presencia accionarial andaluza se diluyó con la fusión de las siete embotelladoras que tenían la exclusiva de Coca-Cola para España, Portugal y Andorra, con una cartera de 29 marcas de bebidas.

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