La pobreza en Andalucía es la más profunda de España

Aunque en términos cuantitativas hay tres comunidades con más porcentaje de población bajo el umbral de la pobreza, los pobres andaluces están a más de mil euros anuales de ese umbral

el 04 abr 2013 / 14:38 h.

No solo es una de las comunidades con mayor tasa de pobreza –un 31,68% de la población vive con menos de 7.500 euros al año (para una familia de cuatro miembros el umbral de pobreza se sitúa en 15.768 euros)- sino que la situación de esa parte de los andaluces considerados oficialmente pobres es más aguda que la de los habitantes del resto del país englobados en este colectivo. Un informe encargado por Cáritas, realizado a partir de los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2011, se adentra no solo en la incidencia de la pobreza (a cuánta gente afecta) sino en la intensidad de la misma un dato “importante” a juicio de los autores por cuanto “da idea de la profundidad del problema ya que a mayor distancia del umbral de la pobreza, más difícil es revertir la situación” y, por el contrario, más fácil es que ésta desemboque directamente en la exclusión social. En términos cuantitativos, los pobres andaluces están a mil euros anuales de llegar al umbral de la pobreza cuando la media nacional es que la distancia sea de 600 euros. Un voluntario traslada palés del Banco de Alimentos.El profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Extremadura, Jesús Pérez Mayo, presentó hoy las conclusiones regionales del informe Pobreza y privación en Andalucía y España: el impacto de la Gran Recesión, realizado en colaboración con los profesores Eduardo Esteve y Enrique Lluch por encargo de la Fundación Foessa de Cáritas a partir del estudio nacional realizado por el Observatorio de Investigación sobre Pobreza y Exclusión en la Comunidad Valenciana. El estudio analiza las respuestas de los sondeados para la Encuesta de Condiciones de Vida del INE sobre el efecto de su falta de recursos económicos en su calidad de vida y alude a privaciones significativas como que el 48% de los hogares andaluces no pueden afrontar gastos imprevistos (el 35,35% en España), que el 16,83% llega a fin de mes “no con dificultad sino con mucha dificultad” (en España el 10%) y un 23,45% tiene problemas de goteras, humedades o podredumbre en su casa (15,61% es la media nacional). Otras privaciones más graves, como la imposibilidad de comer carne o pescado al menos una vez cada dos días o retrasos en el pago de la hipoteca o alquiler son reconocidas por el 6% y el 8% de los encuestados respectivamente. Según Pérez Mayo, “seguramente el problema es mayor porque es difícil reconocer eso”. El autor del informe destacó que la crisis ha afectado a la pobreza monetaria pero también a la calidad de vida pero mientras la primera es más fácil de remontar “con nada que mejore el empleo”, las privaciones en la forma de vivir conllevan un proceso “que empieza con la falta de ingresos, la segunda fase es el empeoramiento de las condiciones de vida y el siguiente paso es la exclusión social”. El estudio también ofrece datos sobre el número de pobres y la intensidad de su pobreza por grupos de edad y para Pérez Mayo resulta preocupante que los colectivos más afectados sean los niños y los jóvenes porque “es importante para el futuro de un país o una comunidad. No es determinista pero un niño en una familia pobre tiene más difícil desarrollar todas sus capacidades”. Respecto a la situación de los mayores de 65 años, un colectivo tradicionalmente más empobrecido, el investigador alerta de que su mejora es en realidad un “efecto estadístico” ya que “en su caso las prestaciones como mucho se han congelado por lo que no es que hayan mejorado sino que los demás hemos empeorado nuestra situación”. Tanto el profesor Pérez Mayo como los responsables de Cáritas en Andalucía, el vicepresidente José Arredodo y el administrador Francisco Doumouso, llamaron la atención sobre el hecho de que tras todas estas cifras “hay personas con rostro”. Doumoso alertó de las diferentes rentas y subsidios ofrecidos por las administraciones públicas y los servicios sociales están muy lejos de esos mil euros anuales que separan a los pobres andaluces del umbral a partir del cual dejan de ser oficialmente considerados como tales. Subrayó que los efectos de la crisis son tan devastadores que “Cáritas se está viendo arrinconada hacia el puro asistencialismo y no a la promoción de las personas” a la que tradicionalmente se dedicaba para “no solo dar peces sino enseñar a pescar indicando que vale cualquier forma para pescar”.

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