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La polémica entre Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas retrasa el proyecto del tranvía

El último tramo del tranvía de Alcalá de Guadaíra, que pasa por la Universidad Pablo de Olavide, puede sufrir un nuevo retraso y desencadenar un conflicto político con la vecina Dos Hermanas. 

el 21 oct 2009 / 17:29 h.

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La polémica por el trazado del último tramo del tranvía de Alcalá de Guadaíra trae de cabeza a los técnicos de la Junta de Andalucía, ya que la caja de pandora se destapó cuando el concurso público para la ejecución de las obras estaba cerrado tras haber recibido 27 ofertas, y las plicas para su adjudicación a punto de abrirse, en concreto el pasado mes de mayo.

Las negociaciones de la Consejería de Obras Públicas con la Universidad Pablo de Olavide (UPO) y los consistorios de Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas buscan cerrar cuanto antes esta herida abierta en uno de los tramos claves del eje tranviario del área metropolitana, porque completa el tranvía del primer municipio y porque comunica con un recinto en el que a diario se mueven más de 12.000 personas.

Los cinco meses de retraso que acumula ya el inicio de las obras seguirán creciendo si finalmente hay que convocar un nuevo concurso público, lo que dependerá de los cambios que se tengan que adoptar sobre el trazado, porque lo único que está claro es que éste variará, si bien hay distintas alternativas y se elegirá la de mayor consenso. También se estudian fórmulas para no tener que recurrir a otro concurso público, teniendo en cuenta que la previsión era que el eje tranviario estuviera inaugurado a lo largo de 2013.

No es la primera vez que este trazado, que corresponde al por otro lado bastante avanzado tranvía de Alcalá de Guadaíra, se topa con problemas, pero no fue hasta hace unos meses cuando entró en escena el Ayuntamiento de Dos Hermanas. Hasta entonces las cuestiones se tenían que resolver entre Alcalá de Guadaíra y la UPO. Es más, esta última mantiene actualmente una actitud de prudencia, ya que pudo alegar en su día y no lo hizo, y deja que Dos Hermanas defienda unos intereses que, por otra parte, coinciden con los suyos, que pasan por que la parada esté en su área de expansión y no en las instalaciones deportivas como está dibujado ahora sobre el papel.

El hecho de que el campus esté a caballo entre tres términos municipales -también ocupa el de Sevilla- provocó que un cambio pequeño, los cinco metros que se desplazó el diseño previsto hace un par de años para cumplir los deseos que entonces tenía la UPO, invadiera suelo de Dos Hermanas, municipio que hasta entonces había estado al margen. Y hubiera seguido así si no llega a ser porque de manera absolutamente casual, cuando las empresas se interesaron por los planos que indican por dónde van los distintos servicios que se verían afectados (luz, agua, telecomunicaciones...), se enteró el equipo de gobierno liderado por Francisco Toscano.

Como nadie se había percatado de esto, Dos Hermanas no había sido llamada a consulta durante la elaboración del proyecto y ni siquiera durante las modificaciones que el alcalde de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones, y la UPO sellaron con un protocolo el 29 de abril de 2008 que parecía haber cerrado las negociaciones para un plan más enquistado de la cuenta. De quererlo el Ayuntamiento de Dos Hermanas, que sostiene que el lugar elegido está poblado de plantas autóctonas que deben ser protegidas y que encima su propuesta es más barata, podría impugnar, lo que retrasarían más el proyecto. La Junta de Andalucía lo quiere evitar a toda costa. Igual que los dos alcaldes, para no escenificar una división siendo del mismo partido, pero tampoco pueden dejar de defender los intereses de los habitantes de sus municipios.

Las negociaciones, que llevan varios meses sucediéndose y que se han intensificado estas últimas semanas, van encaminadas ahora a convencer al Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra de que no puede ir el tranvía exactamente por donde quiere, pero sin que parezca que la solución quede como una cuestión de vencedores y vencidos.

En medio de este problema de fondo, el argumento de las plantas autoctónas que pudieran verse afectadas por el trazado, que enarbolan tanto la UPO como Dos Hermanas, parece sólo una excusa. De hecho, la Pablo de Olavide pudo haber alegado cuando en 2005 se comenzó a plantear el proyecto y entonces no lo hizo.

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