Los vecinos han vuelto a cerrar un bar en Sevilla. Primero fue la mítica cervecería El Tremendo por dejar que la gente consumiera en la calle y ahora un bar de la Alameda.En este caso, el Ayuntamiento ha clausurado provisionalmente El Piola por servir copas después del horario estipulado para el cierre.
Los vecinos le han declarado la guerra a los bares y cervecerías de la ciudad que incumplan la Ley Antibotellona y que no respeten los horarios de cierre regulados escrupulosamente por la Ley de Espectáculos Públicos de Andalucía. El último caso lo encontramos en la remozada Alameda. Allí, en la esquina con la calle Relator, El Piola lleva dos semanas con la persiana echada en plenas Navidades.
La Delegación de Medio Ambiente procedió el pasado domingo 21 de diciembre a clausurar provisionalmente el establecimiento una vez que inspectores de la delegación y agentes de la Policía Local comprobaran in situ que el bar seguía poniendo copas después de la una de la madrugada.
Fuentes de Medio Ambiente han informado de que habían recibido hasta tres denuncias: una de un grupo de vecinos, de la comunidad de propietarios y de la propia Policía Local que, los fines de semanas peina los establecimientos y terrazas del bulevar para evitar que la gente beba en la calle a altas horas de la madrugada, incumpliendo así la vigente Ley Antibotellona que busca conciliar la diversión con el descanso de los vecinos en zonas de bares y discotecas.
Así, según la citada Ley de Espectáculos Públicos, El Piola como bar que es debe tener echada la persiana a la una de la madrugada. Sólo los disco-bares pueden seguir abiertos hasta las cuatro de la madrugada, mientras que las salas de fiestas son las que alargan la jornada laboral hasta las siete de la madrugada, previa autorización.
Desde el Ayuntamiento se aclara que aún no se sabe cuánto tiempo puede seguir clausurado, si bien la orden ha venido en el peor momento para los trabajadores de este establecimiento, que no han podido hacer caja en jornadas festivas como Navidad o Nochevieja, precisamente en una etapa no muy buena para los comercios sevillanos por la crisis económica.
navidades de pérdidas. Mientras que los vecinos del entorno de la Alameda, sobre todo los denunciantes, brindan estos días por la noticia, los empleados de El Piola -los primeros perjudicados por esta medida- se ven obligados a un paro forzoso en plena campaña de diciembre, justo cuando este tipo de establecimientos suele hacer su particular agosto con las celebraciones navideñas.
Desde el bar se tilda de "excesiva" la medida y recuerdan que el día del cierre el ruido que desvelaba a los vecinos de la Alameda procedía del centro del bulevar, donde aseguran que "a esas horas [pasadas la una de la madrugada] se celebraba un concierto de música promovido por el Ayuntamiento". Desde la dirección del establecimiento se insiste en que "nunca han cerrado más allá de la una de la madrugada" y que "siempre han respetado los horarios de apertura y de cierre". En este contexto su promesa para 2009 es clara: "Abrir de nuevo".