Una de las agentes que analizó la situación económica de Isabel Pantoja, acusada de blanquear dinero del que fuera su pareja Julián Muñoz, ratificó ayer en el juicio que hubo un cambio en su comportamiento financiero tras iniciar su relación sentimental con el exalcalde.
La investigadora participó en varios informes policiales, entre ellos, el elaborado para acreditar que Muñoz, acusado por blanqueo de capitales y cohecho, habría utilizado con Pantoja, su entonces pareja, la misma operativa que siguió con su exmujer, Maite Zaldívar, que también se sienta en el banquillo de los acusados. También se analizó la situación económica y financiera de Pantoja antes y después de su relación con Muñoz.
La agente ratificó que a la vista de "las evidencias" obtenidas de la Agencia Tributaria y de registros, se concluyó que hubo una modificación en el comportamiento financiero de la cantante respecto de lo que venía siendo habitual. Así, explicó que antes de su relación con Muñoz, la cantante poseía varias propiedades como viviendas en Fuengirola (Málaga), Madrid, Almonte (Huelva), Sevilla y la finca en Cádiz herencia de su marido, que eran "transparentes" porque "se sabe de dónde vienen, está ella como persona física y no hay empresa que oculte o haga pantalla" sobre la titularidad.
Una vez iniciada su relación, la cantante adquirió dos inmuebles, el apartamento en el hotel Guadalpín, en 2003; y la casa Mi gitana en la urbanización La Pera, ambos en Marbella, utilizando dos sociedades, Franbel Artist y Panriver.
