La Policía Nacional desalojó ayer por sorpresa a los inmigrantes concentrados ante la oficina de extranjería de Cádiz. Una medida que se saldó con 21 detenidos y que se llevó a cabo para frenar la masiva llegada de extranjeros desde distintas partes de España ante la extensión de un rumor falso sobre un proceso de regularización.
Los agentes, que hasta ese momento se limitaban a organizar los turnos en la cola, comenzaron en la tarde de ayer a pedir la identificación a los indocumentados después de acordonar la zona. Ante esta situación, algunos de ellos optaron por salir corriendo y fue cuando los efectivos comenzaron a reducirlos. Se inició así una persecución hasta la sede de la Cruz Roja, que les ha atendido en los últimos días, donde la Policía entró para arrestarlos. Tras pasar la noche en el calabozo, hoy serán trasladados a un centro.
No fueron las únicas personas detenidas en el entorno de la oficina de extranjería. Hasta el domingo se produjo el arresto de otras cinco que carecían de permisos para residir en España y que tenían requerimientos judiciales por cometer delitos en otros lugares.
Para no perder su turno, los inmigrantes optaron en las últimas semanas por pasar la noche frente a la oficina, donde se venían produciendo incidentes por el orden de la fila. De hecho, ayer mismo los solicitantes habían organizado una lista numerada para evitar conflictos y para controlar el turno de llegada. Algunos de ellos ya llevaban una semana sin moverse de la zona. Los vecinos de Bahía Blanca, un barrio acomodado de la ciudad, se habían quejando ante la Policía de la inseguridad y de la suciedad que, según dicen, provocaron las colas.
Desde que se propagó el falso rumor, la Subdelegación del Gobierno ha recibido mil solicitudes que ni siquiera han sido admitidas a trámite. La Policía investiga la existencia de mafias o de personas que se están aprovechando económicamente de esta situación. Hay inmigrantes que han llegado a pagar hasta 500 euros por el desplazamiento a Cádiz desde otras partes de Andalucía. Así se lo han trasladado a Gabriel Delgado, presidente de Cardijn, una asociación con la que se han puesto en contacto varios de los afectados. "Mucho me temo que hay gente que se está aprovechando de esta circunstancia. Hay que alertar a los inmigrantes", señaló.
Los carteles en los que la Subdelegación aclara la inexistencia de un proceso extraordinario de regularización no han evitado la continua llegada de personas, incluso desde Canarias y el País Vasco. Delgado habló de la "falta de nitidez" de la Subdelegación al desmentir el rumor, ya que considera que debería haber sido más contundente y ofrecer una rueda de prensa.
