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La Policía desmantela en El Vacie una red que vendía armas de fuego

Una investigación, todavía en marcha, ha desmantelado en El Vacie una red que conseguía armas inutilizadas por las fuerzas de seguridad, las preparaba para que pudieran volver a disparar y las introducía en el mercado negro.

el 15 sep 2009 / 00:17 h.

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Una investigación, todavía en marcha, ha desmantelado en El Vacie una red que conseguía armas inutilizadas por las fuerzas de seguridad, las preparaba para que pudieran volver a disparar y las introducía en el mercado negro. La Policía Nacional ha detenido al menos a tres personas y ha confiscado pistolas y artilugios para modificarlas.

El rastro dejado por estas armas, que luego eran utilizadas por delincuentes para cometer sus fechorías, ha terminado conduciendo a la Policía hasta una vivienda del Vacie usada como una especie de fábrica de armas, escondida en la clandestinidad del asentamiento chabolista, donde se modificaban las pistolas para volver a introducirlas en el mercado negro.

En muchos casos habían sido inutilizadas por las propias fuerzas de seguridad y por tanto podían venderse en tiendas especializadas, donde suelen adquirirlas los coleccionistas.

Las investigaciones, que han sido especialmente complejas y llevan bastante tiempo en marcha, culminaron hace unos días con la detención de al menos tres personas, cuya identidad y nacionalidad no han trascendido, ya que la operación continúa abierta y con flecos que podrían fraguar pronto en nuevos arrestos.

En El Vacie se intervinieron al menos una decena de armas y alguna munición, procedentes de distintas ciudades españolas, en algunos casos tan distantes como Barcelona. Por este motivo la mayoría eran armas cortas, pistolas o revólveres, y no armamento de guerra como el que otras redes similares han puesto en circulación en otras ocasiones, según indican fuentes cercanas a la investigación.

En concreto, las pistolas procedentes de Barcelona habían sido compradas en una armería, de forma legal ya que habían sido inutilizadas agujereando su cañón, un procedimiento establecido por el Estado que permite que luego sigan en circulación, ya como objetos de coleccionista, puesto que está garantizado que no pueden funcionar.

Pero el lugar registrado por la Policía se reveló, sobre todo, como una especie de taller clandestino para recuperar este armamento, dotado con todos los instrumentos necesarios para manipularlas; algo que en alguna ocasión se ha detectado que han logrado hacer los delincuentes por cuenta propia, pero que esta vez se inserta en una trama perfectamente organizada, por una parte para adquirir el armamento, y por otra para manipularlo y ponerlo de nuevo en manos de personas que luego las empleaban para atracos y otros delitos. Siguiendo el rastro de algunas, intervenidas en actuaciones policiales, se ha llegado a este laboratorio clandestino.

Bien escondidos. La operación ha sido especialmente compleja, según indican fuentes cercanas al caso, ya que el hilo del que tirar no se extrajo gracias a un golpe de suerte durante alguna de las redadas rutinarias que los cuerpos de seguridad realizan en El Vacie. Se trata del resultado de un "trabajo policial puro y duro", que ha tropezado con una importante traba: la dificultad de acercarse al Vacie, donde una parte de los residentes del poblado chabolista ayudan a ocultar actividades delictivas; justo uno de los motivos que más lastra el trabajo social que se realiza para intentar normalizar al resto de los ocupantes del asentamiento, en el que vive un millar de personas.

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