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La Policía echa a los 'okupas' de la fábrica de sombreros de San Luis

La Policía Nacional cerró ayer la antigua Fábrica de Sombreros de la calle Heliotropo, junto a San Luis, donde hace un año se habían instalado artesanos okupas que la convirtieron en sede de actividades artísticas y culturales. Decenas de personas se concentraron para quejarse, pero no hubo enfrentamientos. En una protesta posterior en la Plaza Nueva hubo una carga policial, también sin detenidos.

el 16 sep 2009 / 03:43 h.

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B. Lionte / I. Comesaña

La Policía Nacional cerró ayer la antigua Fábrica de Sombreros de la calle Heliotropo, junto a San Luis, donde hace un año se habían instalado artesanos okupas que la convirtieron en sede de actividades artísticas y culturales. Decenas de personas se concentraron para quejarse, pero no hubo enfrentamientos, aunque en una protesta convocada horas después sí se produjo una carga policial en la que no hubo detenidos.

Los antidisturbios cortaron la calle a las 7.30 horas e iniciaron un desalojo que no fue tal, ya que en el edificio no vivía nadie. Artesanos y artistas sólo acudían de día, por lo que bastó con identificar a cinco personas que dormían en un edificio anexo, sin relación con la Fábrica de Sombreros según explicó Marta Solanas, representante de los usuarios del centro.

Los okupas se quejaban ayer de que sus abogados no habían sido informados del desalojo, y de que al no dejarles entrar no habían podido recuperar el material de los talleres artesanos, como pintura, malabares, elementos de escenografía, audiovisuales y hasta un proyector de cine, ya que se veían películas todas las semanas.

Solanas explicó que la semana pasada entregaron al juzgado de Instrucción 20, que tramitaba el desalojo a instancias del grupo inmobiliario Tempa, un listado de 1.200 firmas de apoyo y de gente que se autoinculpaba de la ocupación y pedía ser llamada a declarar, lo que no ocurrió. Los okupas insisten en que la antigua fábrica, un edificio industrial del siglo XIX, estaba totalmente abandonada y ellos la regeneraron con ayuda de arquitectos y urbanistas.

Lo hicieron tras comprobar que el Ayuntamiento no cumplía la promesa hecha hace tres años por el entonces edil de Urbanismo, Emilio Carillo, de expropiarlo para usos ciudadanos. Luego el suelo fue recalificado y ahora se pueden hacer viviendas, por lo que denuncian que se haya permitido la especulación y defienden, por contra, su modelo "participativo y abierto". Afirman que más de 70 colectivos apoyaron con su firma la ocupación, un centenar de artesanos y artistas tenían su sede allí y cientos de personas, incluidos vecinos, asistían a sus actividades.

Los propietarios del edificio, en cambio, niegan que esté abandonado y afirman que por eso denunciaron la ocupación ilegal.

El colectivo convocó una protesta por la tarde en la Plaza Nueva a la que acudieron unas 200 personas, según sus cálculos. Al irrumpir en el centro Cajasol, la Policía cargó para dispersarlos. No hubo detenidos, si bien el colectivo avisó de un número sin precisar de heridos. Esta semana saldrán a la calle para celebrar en el barrio las actividades que estaban previstas en la Fábrica. Los enclaves elegidos se detallarán en la web www.fabricadesombreros.org.

Lanzan una tarta a un cargo de IU por «oportunista» El director del distrito Casco Antiguo, Luciniano Rodríguez, de IU, acudió a interesarse por el desalojo y recibió un tartazo en plena cara, tras lo que le colocaron un sombrero. Rodríguez lo asumió con estoicismo y se marchó tras devolver el sombrero con semblante serio y sin pronunciar palabra. La escena, grabada por los okupas, puede verse en la web de la Fábrica de Sombreros. El colectivo calificó la agresión de "acto simbólico", realizado al considerar que su presencia era un acto "oportunista e inoportuno". "IU no nos ha apoyado en tres años y no queríamos que viniese a apropiarse del desalojo de forma partidista", explicó una portavoz. "IU nunca ha estado con nosotros", insistió.

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