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La Policía halla pruebas de otro robo de droga en la Jefatura

Localiza hachís con el anagrama de un pez que ya había sido incautado en enero.

el 08 dic 2009 / 18:13 h.

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El hachís que tenía en su casa el socio del último policía antidroga imputado por su supuesta relación con traficantes no sólo procede del alijo de 11 toneladas decomisado en Sevilla Este en enero, sino que es la misma pastilla que analizó entonces la Policía Científica.

Los informes policiales entregados a la jueza del caso mantienen que la droga del socio del agente no es otro trozo del alijo incautado en enero por el grupo al que pertenece el propio agente, sino exactamente el mismo hachís. Por lo tanto, se trataría de un nuevo robo de estupefacientes en la Jefatura.

El policía imputado en este caso por el juzgado de Instrucción 11 pertenece al grupo VII de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado, Udyco. Actualmente está suspendido de empleo y sueldo durante seis meses.

La Jefatura le abrió dos expedientes, por su supuesta implicación en el caso y por hablar con la prensa.

El agente fue señalado por Asuntos Internos de Sevilla después de que, en una operación dirigida por un juzgado de Ayamonte, se encontrasen en casa de su socio kilo y medio de hachís y 30.000 dosis de anabolizantes.

El hachís tenía un curioso logotipo con la figura de un pez. La marca sobre los ladrillos de droga es algo habitual y los traficantes la usan para distinguir las partidas, pero la del pez sólo se había visto una vez: cuando el grupo VII de la Udyco realizó la mayor incautación de hachís en tierra firme, 11 toneladas almacenadas en trasteros de un garaje de Sevilla Este. El pez de este ladrillo resultó ser idéntico a los de aquéllos.

La pastilla fue enviada a la Policía Científica, que verifica cada partida de droga que se incauta, sea grande o pequeña. Allí se descubrió algo más sorprendente: no sólo se trataba de la misma sustancia del alijo de Sevilla Este, sino que era el mismo ladrillo.

Tenía las marcas dejadas por los agentes científicos al coger las pequeñas muestras sobre las que se realizan las pruebas químicas. Era la segunda vez que la Policía intervenía esa pastilla de hachís y la llevaba al laboratorio.

Ese alijo había sido localizado por el grupo VII de la Udyco de una forma que los propios policías admitieron que se debió en parte a la suerte. Seguían a un traficante y esperaban encontrar droga, pero no la cifra récord con la que se toparon.

Hizo falta toda la unidad antidroga y policías uniformados de apoyo para llevarla a la Jefatura. Allí, como no había sitio para tal cantidad en los calabozos que se usan de almacén, permaneció guardada durante meses en dos camiones, pegados puerta con puerta para evitar que pudieran ser abiertos, y custodiados las 24 horas del día.

Tras la orden judicial, el hachís se envió al horno de Avilés que quema toda la droga incautada, escoltado por policías que incluso vieron arder los fardos, algo igualmente habitual para certificar su destrucción.

Por eso, la hipótesis más probable es que la pastilla se despistase tras ser analizada, cuando debía ser devuelta con el resto del alijo, ya que hay actas que justifican los traslados anteriores.

La cantidad de hachís destruida en Avilés se comprobó, y los investigadores no creen estar ante un robo como el de los 150 kilos de cocaína descubierto el verano pasado, por el que fue arrestado el policía antidroga Lars S.M. Piensan que el kilo y medio de droga hallada al socio del agente es lo único que falta. Pero aunque el robo sea menor, evidencia de nuevo un fallo en la custodia.

Asuntos Internos también imputó al jefe del grupo, responsable último de la droga, e investiga al resto del grupo VII.

El policía imputado, que llevaba dos años siendo investigado, asegura que ignora cómo consiguió su socio la droga. Mantiene que no conocía las actividades ilegales de su socio, con el que tenía una tienda de nutrición deportiva, y que hace mes y medio, cuando supo que le habían incautado el hachís y que había escuchas telefónicas que lo relacionaban con traficantes, disolvió la sociedad que tenían juntos. Asuntos Internos lo acusa además de quedarse con ropa decomisada.

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