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La Policía interroga a testigos que vieron "perfectamente" al agresor

La familia asegura que previamente el homicida había rajado las ruedas del coche en el que iba la víctima.

el 26 mar 2011 / 21:12 h.

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Al coche en el que iba el fallecido el viernes en la macrobotellona del Charco de la Pava le rajaron las ruedas antes de que la víctima recibiera la puñalada en el pecho que acabó con su vida. Uno de los dos primos con los que Francisco Javier Guerrero había ido a la botellona desde su pueblo, La Puebla de Cazalla, "vio acercarse a uno muy alterado que pinchó las ruedas" del coche que conducía un primo de la víctima, un Golf rojo que la Policía Científica está analizando. Luego, Francisco Javier fue apuñalado.

Así lo explicó ayer un tío del joven, Martín Ortega, que aseguró que su sobrino no participó en ninguna pelea, ya que así se lo contó a él otro sobrino, primo de Francisco Javier, que presenció los hechos y está "traumatizado por lo que ha pasado". Este testigo, que habló con la Policía Nacional la misma noche, dice que vio "perfectamente" la cara del agresor, igual que otros jóvenes. "Pero no queremos presionarlo preguntándole más, porque está muy mal", aclaró el tío de la víctima, que pidió "que todo se aclare". Ortega describió a su sobrino como un chico "normal, que no era de buscarse problemas, aunque tampoco era cobarde y si le rajaron las ruedas al coche del primo a lo mejor les preguntó por qué, pero eso debe aclararlo la Policía".

El grupo de Homicidios de la Policía Nacional había recabado anoche 11 declaraciones de testigos y el informe de la autopsia y consideraba que la investigación iba "por buen camino", aunque no preveía realizar detenciones de momento ni confirmó ningún otro dato. Según un portavoz oficial del cuerpo, los investigadores consideran que el altercado en el que el joven fue apuñalado fue un incidente muy breve entre "tres o cuatro personas" en la calle Gregor J. Mendel, al lado de donde se celebraba la botellona.

La familia, que ayer aguardaba agotada en el tanatorio de la SE-30 ya que algunos trámites habían retrasado la entrega del cuerpo, afirma que el joven acababa de llegar a la botellona sobre las 20.45 horas, apenas media hora antes de que se produjera el incidente.

"Mi sobrino no bebía mucho, le habían quitado el carnet hace unos meses tras un accidente y desde entonces estábamos todos muy encima de él y estaba muy enderezado, era la segunda vez que salía desde que le quitaron el carnet. El primo que llevaba el coche tampoco bebe, y además acababan de llegar, así que tenían que estar perfectamente", insistía su tío, buscando una explicación a la muerte del joven. La familia estaba anoche a la espera de recibir el cuerpo para trasladarlo de madrugada al tanatorio de Osuna hasta la celebración del entierro, ya que el juzgado les ha prohibido incinerarlo por si fuera necesario realizar pruebas adicionales.

Tras la puñalada, varias personas acercaron a la víctima en coche hasta el 061, donde intentaron reanimarlo, pero sufrió tres paradas antes de fallecer de camino al hospital. Los sanitarios decidieron llevarlo al hospital Virgen del Rocío por si la familia accedía a la donación de órganos.

El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, se desvinculó del incidente al asegurar que "no hay un solicitante u organizador al que poder perseguir" y, por lo tanto, "la única actuación posible es la que realizan la Delegación del Gobierno y la Policía Nacional "para aclarar el delito y poner al culpable a disposición judicial".

El joven había nacido en Ibiza pero al separarse sus padres había regresado a La Puebla con su madre y su hermano menor. La familia es muy conocida en el pueblo porque la madre, Milagros Vargas, tiene 12 hermanos y trabaja en una venta a la que van muchos trabajadores del campo. Así lo explicó el alcalde, Antonio Martín, que ordenó bajar a media asta las banderas y decretó mañana lunes como día de luto oficial.

"Que no le pase a otra familia"

“Esto tiene que aclararse y tienen que detener al que lo ha hecho, porque puede hacerlo otra vez. No podemos hacer nada por mi sobrino pero no queremos que le pase a otra familia”, insistía ayer el tío de Francisco Javier, que abogó por dejar trabajar a la Policía aunque dijo que “si no se aclara quién ha sido, nosotros mismos pondremos carteles por toda España si hace falta, hasta que se resuelva”.

El fallecido, que vivía en la calle Santa de La Puebla de Cazalla, una localidad de 11.000 habitantes en la que era muy conocido, no había terminado los estudios y estaba en paro, aunque trabajaba a veces en el campo o “donde lo llamaban”. En verano solía irse a la costa para trabajar en la hostelería durante unos meses. Sus amigos se reunieron ayer en torno a las tres de la tarde en una manifestación espontánea en el Paseo Bohórquez en memoria de este vecino y han acordado guardar dos minutos de silencio en la maratón que se celebra hoy, informa María Montiel. Entre lágrimas, nadie se explicaba qué pudo ocurrir para que se desencadenara la tragedia que acabó con su vida.

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