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La Policía lleva diez días buscando el cuerpo de Marta donde vivía Miguel

Agentes de Subsuelo han recorrido ya dos kilómetros de cañerías de aguas fecales en Camas, donde la ex novia de Carcaño dice ahora que él le confesó que habían ocultado el cuerpo

el 29 sep 2009 / 20:25 h.

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El abuelo de Marta del Castillo observa el arroyo Caño Ronco a través del cañaveral

La Policía lleva diez días buscando el cuerpo de Marta del Castillo en un descampado junto a la casa de Camas en la que el principal inculpado, Miguel Carcaño, vivía cuando se produjo el crimen. Tras rastrear unos 2 kilómetros de tuberías subterráneas sin encontrar nada, los agentes han sabido que en torno a esas fechas se tapó una zanja, que podría ser reabierta.

El grupo de Subsuelo ha estado buscando dentro de las cañerías de aguas fecales desde que la ex novia de Miguel, una chica de 14 años con la que vivía en Camas, confesó a la Policía hace dos semanas que él le había contado que el cuerpo de la joven fue escondido allí, en un monte de olivos, lleno de escombros y terrenos baldíos, situado a escasos 50 metros de su vivienda.

Esta nueva confesión de la menor se produce sólo un mes después de que su madre contase a los investigadores que Miguel le había dicho, cuando lo visitó en la cárcel el pasado agosto, que no sabía dónde estaba el cuerpo de Marta porque fueron El Cuco y Samuel los que se lo llevaron en el coche de un tío de este último.

La labor que han realizado se ha plasmado en un informe que han llevado al juez, y que tiene un fleco: los vecinos les dijeron que en enero se tapó una zanja, una ramificación del arroyo que pasa por ese monte y que estaba llena de escombros. El juez de Instrucción 4 ha ordenado a la Policía que rastree hasta el final esos terrenos para despejar cualquier duda de que el cadáver de la joven pueda estar allí. Los investigadores han realizado una consulta formal al Ayuntamiento de Camas para saber cuándo se cerró esa zanja, para saber si fue antes o después del pasado 24 de enero, cuando Marta desapareció y supuestamente fue asesinada.

De haberse vertido tierra sobre la zanja tras la muerte de la joven, la Policía tendría que excavar para revisar el agujero, algo que, de hecho, un policía comentó ayer a varios vecinos que empezaría a hacerse hoy mismo con ayuda de perros rastreadores.

Juan Antonio Pérez, un vecino cuyos terrenos colindan con esta zanja, aseguraba ayer que en realidad el agujero se tapó con tierra en diciembre, antes del crimen. Detalló que se trataba de un brazo surgido del riachuelo que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir había sellado para que el arroyo volviera a su cauce habitual, y añadió que al hacerlo se cortaron las altas cañas que han vuelto a crecer en las orillas, de forma que en el momento del crimen sobre el arroyo sólo había tierra, lo que hubiera hecho más difícil cavar para esconder un cuerpo sin que se notara.

Pero para levantar aún más sospechas, ayer, con el descampado lleno de decenas de curiosos, unos vecinos encontraron una sábana con manchas rojizas justo detrás de la casa en la que vivía Miguel, a espaldas de la calle Camino del Monte. Al abuelo de la joven, que había acudido para inspeccionar el monte, le dio "un vuelco el corazón" porque además había restos de cinta aislante, "como la que dijeron que habían usado para atar a mi nieta", explicó. El propio Juan Antonio Casanueva metió el paño en una bolsa de basura y lo entregó a la Policía por si tuviera relación con el crimen, "por si acaso", aunque admitió que no creía que fuera sangre. El abuelo añadió que la familia está "indignada" por que esta niña, "de sólo 14 años, diga esto ahora, al cabo de ocho meses", lo que confirma sus sospechas de que "esta gente sabe más de lo que dice".

Por la muerte de Marta hay cinco imputados: Miguel, sus amigos Samuel y El Cuco, su hermano Javier Delgado y la novia de éste, María García, por ayudarlo a deshacerse del cadáver o encubrir el crimen. Los tres primeros permanecen en prisión desde el pasado mes de febrero.

Contradice a su madre. La revelación de la menor es sorprendente, ya que en su primer testimonio -justo tras la detención de Miguel- negó saber nada del crimen, aunque días después admitió que Miguel sí se lo había contado y respaldó su versión inicial de la muerte de Marta, que habría fallecido golpeada y cuyo cuerpo habría sido arrojado al río Guadalquivir. Luego, Miguel cambió varias veces su testimonio, primero para acusar al Cuco de ser el autor material de la muerte, luego para confesar que ambos la habrían violado y luego arrojado a la basura, y al final para regresar a la primera versión, pero insistiendo en que no sabía dónde habían arrojado el cuerpo sus dos amigos.

Al no poder encontrar el cadáver, la madre de esta niña, de acuerdo con la Policía, visitó a Miguel en la cárcel para intentar sonsacarle dónde habían arrojado el cadáver, y hace menos de un mes declaró, primero ante la Policía y luego ante el juez, que el principal sospechoso del crimen insistía ahora en que desconocía dónde estaba, versión que ahora su propia hija ha tirado por tierra. El propio Miguel también había dicho en varias ocasiones que no se lo había contado a su novia.

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