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La Policía Local se muda de su sede ante la deuda por el alquiler

Parte de las dependencias se traslada a Marqués del Contadero para entregar un edificio a Detea.

el 15 jun 2011 / 21:23 h.

Unos operarios trasladan los muebles de la sede de la Cartuja.

La Policía Local ha sido desalojada de parte de las dependencias que ocupaba en La Cartuja y trasladada a los bajos del Paseo Marqués del Contadero para poder entregar su actual edificio a Detea, la constructora que está construyendo la Jefatura de la Ranilla. El acuerdo para levantar este edificio incluía la entrega de las tres sedes policiales de La Cartuja como contraprestación, pero el retraso en acabar las obras ha hecho que se tenga que comenzar a pagar a Detea por los aplazamientos, un extremo que el alcalde, Juan Ignacio Zoido, conoció tras el traspaso de poderes y confirmó a este periódico.

Para evitar seguir pagando, según varias fuentes consultadas, la corporación ha decidido mudar parte de las dependencias policiales a unas oficinas de Marqués del Contadero de las que las áreas de Participación Ciudadana y Juventud fueron desalojadas hace sólo seis meses. El motivo es que estaba previsto remodelarlas para instalar la Oficina del Río, un proyecto financiado con fondos europeos a través de la Junta de Andalucía cuyas obras tenían que comenzar este año para no perder los cinco millones de inversión. Lo que se ha trasladado allí es la sede denominada Charli III, que servía de almacén a Urbanismo, a la Unidad de Medio Ambiente y al servicio de vestuario, además de incluir oficinas del servicio técnico y los despachos de los sindicatos policiales.

La corporación anterior avisó en septiembre por carta a todos los inquilinos de los bajos del río -como el Banco de Alimentos o Nuevo Futuro- de la necesidad de abandonar estas dependencias, y trasladó sus áreas de Participación Ciudadana, Juventud o Mujer, ya que las obras del centro de interpretación turística del río debían finalizar antes del próximo mes de octubre.

Estaba previsto que se convirtiese en un centro de recepción del turista que acogiese a los servicios municipales, ahora dispersos, y en el que comenzasen los itinerarios peatonales, se congregaran las lanzaderas hacia los aparcamientos disuasorios de la ciudad. También había sitio para que empresas privadas de alojamiento, excursiones o espectáculos se asentaran.

Sin embargo, su destino más inmediato será ahora acoger estas dependencias municipales a pesar de que su estado no es el más adecuado, según confirmaron ayer fuentes sindicales, que precisaron que los despachos están plagados de humedades y que el recinto es tan pequeño que los responsables de los distintos almacenes estaban encontrando problemas para ubicar todo el material que debían colocar.

Este traslado permitirá, eso sí, dejar vacío el menos noble de los edificios policiales de la Cartuja, que podrá entregarse a Detea, con quien el Consistorio acumula una importante deuda por culpa de estos alquileres. Urbanismo llegó a pagar durante algunos meses esa cifra. Más tarde consideró que, al tener sólo la encomienda de gestión de la obra de la Ranilla, no le correspondía asumir ese gasto y lo derivó a Patrimonio, que nunca aceptó esa competencia. De esta forma, hace varios meses que el alquiler se está acumulando, generando una deuda con la empresa Detea, concesionaria de las obras de la Ranilla, que según fuentes del anterior Gobierno reconoce el Consistorio.

Este alquiler se abona también por los otros dos edificios policiales, Charli I y Charli II, aunque esta mudanza será más complicada y estaba previsto que se realizara directamente a la Ranilla. Pero en medio han surgido problemas como los problemas de diseño o el elevado coste de la mudanza planteada que, según fuentes sindicales, se cifró en 400.000 euros hace menos de un año.

En todo caso, si se quisiera hacer hoy sería imposible: la Ranilla no cuenta con sala de transmisiones en la que ubicar todo el aparataje del equipo Secora que coordina las comunicaciones de la Policía Local, según confirmaron fuentes policiales y de la obra. El Ayuntamiento previó en principio dos salas de transmisiones, una para la Policía Local y otra para Tráfico -cuyo traslado sí está previsto que lo pague Telvent-, pero luego modificó el proyecto y no aclaró qué sala quería realizar, por lo que no se ha diseñado ninguna. Tampoco existe antena para las comunicaciones.

Es el último despropósito de la que se presentó como la macrosede que unificaría las dependencias de Policía Local, Tráfico, Bomberos y Cecop, pero con la crisis ha sufrido tantos recortes que al final ni siquiera podrá albergar a toda la Policía Local.


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