La Policía Local se ha pasado diez meses sin hacer ni un solo control preventivo de alcoholemia, después de que en febrero caducase el alquiler de los vehículos con los medios para efectuar estos test, sin que el Ayuntamiento lo renovase. El fiscal de Seguridad Vial, que se enteró por la prensa de la falta de controles porque nadie le informó en las reuniones periódicas que mantiene con la Policía cada dos meses, pidió ayer explicaciones a los agentes durante la reunión preparatoria de los dispositivos de tráfico que se harán en Navidad, y lamentó tanto la falta de actuaciones preventivas como el no haber sido avisado. Durante estos meses, Sevilla ha batido el récord de atropellos sospechosos de ser punibles: ha habido seis fallecidos en cinco accidentes, y en tres de los casos los conductores superaban la tasa de alcoholemia permitida por la ley.
El Ayuntamiento acaba de anunciar que ya ha comprado los vehículos para volver a hacer los controles, y en la reunión de ayer los policías aseguraron al fiscal que durante el plan especial de Navidad, en el que el consumo de alcohol suele elevarse, se realizarán los controles preventivos habituales. Los agentes se excusaron alegando que ellos trabajan con los medios de los que disponen, y que durante estos meses no han tenido ni vehículos ni personal para hacer estas pruebas. En estos meses, sólo han podido usar los etilómetros de mano, que son indicativos y, si dan positivo, exigen que la prueba se repita en un aparato más preciso.
El Consistorio ya admitió a El Correo en mayo, después de tres meses sin pruebas de alcoholemia, que los vehículos especiales de la Policía no habían sido renovados y que la intención era comprarlos. Sin embargo, la adquisición estaba paralizada porque el área de Gobierno Interior no libraba la partida necesaria para hacerse con ellos. El Ayuntamiento afirma ahora que el retraso se ha debido a "una cuestión administrativa" y que "finalmente, por una cuestión de ahorro económico, se ha optado por la opción de la compra" de los vehículos, que se han puesto en marcha inmediatamente.
Aún así, la portavoz municipal, Nieves Hernández, ha llegado a negar que se hayan paralizado los controles y ha esgrimido los 488 test realizados en este tiempo, 48 de los cuales dieron positivo. Esta cifra, que supone una media de 1,5 controles diarios, o de 12 cada fin de semana, dista mucho de las que se registraban cuando la Policía Local establecía dispositivos conjuntos con la Nacional en calles de salida de zonas de marcha nocturna -en las salidas de Tablada o de los polígonos industriales donde hay discotecas, en Torneo, en el entorno de la Buhaira...- cuando según fuentes policiales podían realizarse hasta 250 pruebas cada fin de semana.
Diversas fuentes aseguran, además, que ese medio centenar de controles no se han hecho en este tipo de dispositivos preventivos que se montaban de noche para disuadir a los conductores de coger el coche si han bebido, sino que son los que se hacen cuando se produce un accidente, cuando la Policía Nacional lo solicita en una de sus intervenciones o en algún control conjunto de seguridad, pero no de tráfico.
Otras fuentes señalan que a la falta de vehículos se ha unido también la de policías, que se negaban a hacer horas extra por temor a no cobrarlas, lo que impedía montar dispositivos especiales. De hecho, la Policía recibió un furgón para alcoholemias de la Dirección General de Tráfico hace meses, pero apenas lo ha utilizado.
