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La Policía respira tras el robo de la droga

La Delegación del Gobierno en Andalucía informó el sábado en un comunicado de la detención de un agente de Policía y de una pareja de narcotraficantes con residencia en Coria del Río, como presuntos autores del robo y posterior distribución en el mercado negro de más de cien kilos de cocaína y heroína que se encontraban en los calabozos de la Jefatura de Policía de Blas Infante.

el 16 sep 2009 / 08:41 h.

La Delegación del Gobierno en Andalucía informó el sábado en un comunicado de la detención de un agente de Policía y de una pareja de narcotraficantes con residencia en Coria del Río, como presuntos autores del robo y posterior distribución en el mercado negro de más de cien kilos de cocaína y heroína que se encontraban en los calabozos de la Jefatura de Policía de Blas Infante. El agente, de 34 años de edad y que se encontraba en excedencia, estuvo una temporada destinado en la unidad anti droga, tiempo que aprovechó para, supuestamente, ir sacando los paquetes de droga, que sus compinches colocaban en la calle. Así habría conseguido sacar más de cien kilos que sustituía por sustancias blancas como yeso o azúcar, para evitar ser descubierto. La detención del joven agente, que salió de la Policía al conocerse el robo y en la actualidad regentaba un negocio de compra y venta de embarcaciones, ha llegado tras más de quince meses de investigaciones por parte de la unidad de asuntos internos de la Policía, lo que ha provocado situaciones muy delicadas entre los miembros de la Udyco en Sevilla, más aún tras conocerse que varios narcotraficantes quedaron en libertad al desaparecer la prueba de cargo contra ellos. Es de justicia felicitar a la Policía Nacional por la resolución de un caso que estaba dañando gravemente la credibilidad de las fuerzas de seguridad en Sevilla, perjudicadas también en estos meses por la presión de no encontrar el cuerpo de Marta del Castillo. Lo ocurrido, sin embargo, debe hacer reflexionar a los responsables policiales sobre los métodos de custodia de los alijos de droga, que no deben estar al alcance de cualquier agente como venía ocurriendo hasta ahora. Además, se antoja imprescindible que la administración habilite ya las partidas económicas necesarias para crear unos depósitos judiciales donde la droga pueda ser almacenada y vigilada con total garantía de seguridad policial.

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