La Policía Nacional ha solicitado al Juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla el traslado a un centro hospitalario de Miguel Carcaño, condenado por el asesinato de Marta del Castillo, para someterle a una prueba neurológica, conocida con el nombre del test de la verdad, en el marco de la investigación para localizar el cadáver de la joven sevillana, según informó ayer la agencia de noticias Europa Press citando fuentes policiales.
Este tipo de examen neurológico es pionero en España, donde se ha usado sólo una vez antes, en el caso de Antonio Losilla, acusado de matar a su esposa Pilar Cebrián, cuyo cuerpo no aparece. El marido fue detenido en octubre de 2012, seis meses después de la desaparición de la víctima. Un juez autorizó el pasado diciembre aplicar sobre el presunto autor del crimen esta técnica basada en la neurofisiología, que analiza los cambios eléctricos de la actividad cerebral. Este caso está siendo investigado por la Brigada de Policía Judicial de Zaragoza, que valoró positivamente esta experiencia con la nueva técnica, aunque el cuerpo de la víctima no ha aparecido aún.
Ahora que se cumplen cinco años del asesinato de Marta del Castillo, la Policía Nacional insiste en su empeño por encontrar los restos de la chica con esta prueba neurológica llamada P 300, consistente en la utilización del aparato de electroencefalografía (EFG) del servicio de neurofisiología clínica del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
En su petición, formulada al Juzgado de Sevilla, la Policía Nacional defiende que este examen no supone la violación de ningún derecho personal de Carcaño, sino que busca comprobar que el sujeto que se somete a ella tiene recuerdos sobre las cuestiones que se le plantean, en este caso, el lugar en el que abandonó el cuerpo de Marta del Castillo.
La abogada de Miguel Carcaño, Paloma Pérez, aseguró ayer a El Correo que no tenía conocimiento alguno de esta petición de la Policía Nacional, por lo que declinó valorar la prueba hasta conocer de qué se trata exactamente esta solicitud.
A lo largo de estos cinco años, Miguel Carcaño ha ofrecido múltiples versiones sobre los hechos, tanto de lo que le sucedió a Marta del Castillo como del lugar en el que escondieron su cadáver. Estas versiones han llevado a la Policía a buscar en el río Guadalquivir, en el vertedero de Alcalá de Guadaíra, en la localidad de Camas y la más reciente en la finca Majaloba de La Rinconada. Atendiendo a esta última versión, el pasado verano se rastreó este terreno, usando un georradar para escanear las capas subterráneas de la finca. Tras varias semanas de trabajos de campo y de análisis de las imágenes captadas, la búsqueda se dio por terminada sin que se encontraran los restos de la joven.
Carcaño, en prisión desde 2009, fue condenado en febrero de 2013 por el Tribunal Supremo a 21 años y tres meses de cárcel por el asesinato de Marta delCastillo. Actualmente se encuentra ingresado en el Centro Penitenciario de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), donde cumple condena en segundo grado penitenciario.
La noticia del empleo de esta nueva técnica llega después de que el pasado 10 de enero la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, dijera que la Policía Nacional seguía, en colaboración con el juez, trabajando para poder trasladar pronto alguna novedad a la familia con respecto al paradero del cuerpo. Estas declaraciones se produjeron después de que la Policía remitiera un informe al juez de Instrucción número 4, que mantiene abierta una pieza separada, dando cuenta de que estaba manteniendo entrevistas con personas del entorno de Miguel Carcaño y con su familia al objeto de poder determinar la relación de Miguel y su familia con la zona en la que se está centrando la búsqueda, después de rastrear sin éxito en la finca Majaloba de La Rinconada.
Reacción cerebral. Ésta es una prueba neurofisiológica que ya se ha utilizado con éxito en Estados Unidos, Japón y algún país europeo, según explicó la Policía Nacional cuando anunció que emplearía esta técnica en el caso de Pilar Cebrián, desaparecida y asesinada en Aragón.
La P300 permite registrar, con un aparato que ya se utilizaba en la medicina, los denominados potenciales evocados cognitivos sin necesidad de que la persona realice declaración alguna. Se analizan después los cambios eléctricos producidos en el cerebro de la persona evaluada y estos datos permiten avanzar en la investigación.
Actualmente, la P300 tiene una mayor aceptación en medios policiales que los tradicionales detectores de mentiras, dado que los potenciales evocados cognitivos son inmodificables a la voluntad del sujeto, es decir, que aportan información que no puede ser alterada por la persona que se somete a la prueba.
La Policía recalcó entonces que no es una prueba que detecta si una declaración es verdad o mentira, sino que permite la búsqueda de datos de interés. De hecho, no se requieren respuestas verbales, ya que se analiza la evidencia física de la actividad cerebral.
Esta técnica tiene la ventaja añadida de que se reduce la subjetividad del perito, evitando cualquier sesgo que pudiera entorpecer la investigación. La P300 es un método de la Policía Judicial.
La prueba que se le pretende realizar consiste en colocarle un casco a Carcaño que iría conectado a una máquina. Se le sentaría delante de un monitor que iría emitiendo imágenes relacionadas con el caso de Marta y con los escenarios donde pudo esconderse el cuerpo. De ese modo, se podría saber si Carcaño ha estado o no en algunos de esos lugares, lo que podría aportar información trascendental para este caso.
