No existe ningún indicio que apunte a que la tragedia de Alcalá de Guadaíra se debiera a un suicidio cometido por alguno de los progenitores. Así de contundentes se manifiestan fuentes de la Fiscalía consultadas por este periódico, quienes instan a aguardar al informe de toxicología para determinar las causas certeras de la muerte de las tres personas de la misma familia padre, madre y una hija-.
Sí cobra fuerza la posibilidad del envenenamiento involuntario por algún tipo de toxina o producto químico en la comida o la bebida, apostillaron las fuentes. No hay ni el más mínimo indicio que avale la hipótesis del suicidio, recalcan. El informe de toxicología puede incluso tardar semanas. Dependemos por completo de él para aclarar el caso, insisten. La Policía se encuentra de nuevo en la casa de la familia, en la calle Pesadora de la localidad alcalareña, recogiendo todo tipo de muestras que contribuyan a la investigación.
Las fuentes indican, asimismo, que a la menor hospitalizada, que se encuentra fuera de peligro, no se le ha tomado declaración hasta que se recupere por completo física y psicológicamente. Su testimonio también será esclarecedor de qué pasó realmente en el hogar la fatídica noche del pasado sábado. La Fiscalía ha pedido además a los servicios sociales del hospital donde se encuentra ingresada informes sobre la situación de desamparo de la menor que aún no ha decretado la Junta de Andalucía- para determinar si los familiares pueden hacerse cargo de la niña.
