El previsible recorte de las primas que el Gobierno ha venido dando en los últimos años al desarrollo de energías renovables en septiembre, ha traído consigo que la potencia fotovoltaica conectada a la red se haya triplicado en sólo seis meses en Andalucía. Los inversores, preocupados por el inminente cierre del grifo.
Agricultor y consejero delegado del grupo industrial Lorte, José Loring tiene centradas las expectativas de desarrollo de sus fincas en la energía renovable, aunque el recorte previsto por el Gobierno le hace estar alerta. "Estamos muy preocupados porque puede haber un frenazo en este desarrollo". Como él, muchos empresarios andaluces que han depositado su confianza en el futuro del sector temen ahora el cierre del grifo anunciado por el Gobierno.
En concreto, el Ministerio de Industria remitió el pasado julio a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) su propuesta de Real Decreto, que recoge que las primas se recorten hasta un 35% con el fin de frenar la especulación y ahorrarse un total del 415 millones de euros al año.
Ante esta perspectiva, muchos han decidido adelantarse al temido septiembre. Esto ha provocado que la comunidad andaluza haya triplicado en el primer semestre del año su potencia solar fotovoltaica instalada y en funcionamiento, que alcanza los 153 megavatios (Mw) conectados a la red, que se traducen en 229.380 megavatios hora (Mwh) de energía final y que equivalen al consumo eléctrico anual de casi 46.000 viviendas, según los datos aportados por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa.
Además de esta potencia instalada, en Andalucía existen 831,79 Mw fotovoltaicos que cuentan ya con autorización administrativa, el primer paso necesario para la puesta en marcha de una planta de esta energía renovable, según la Consejería.
Este crecimiento, de tres dígitios en 2007, es "insostenible", según la propia Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF). Según sus datos, el mercado fotovoltaico español ha experimentado un espectacular incremento, del orden del 450% en 2007. "El crecimiento registrado, que ha supuesto un volumen de negocio de 7.800 millones de euros, sitúa a España como segundo mercado fotovoltaico del mundo tras Alemania, es imposible de mantener. Ningún sector económico puede crecer a un ritmo de tres dígitos", señala en un informe. La polémica sobre si es o no una burbuja, servida.
Frente a esta circunstancia, el futuro del negocio de muchos empresarios que han depositado su confianza en el futuro del mercado de las energías renovables, donde Andalucía ha jugado un papel fundamental gracias a las virtudes climatológicas de la comunidad, que ha hecho que las grandes compañías del sector energético apuesten por la región.
Un sector llamado, en opinión de muchos, a salir al rescate de la economía andaluza tras el descalabro del ladrillo, que ha tirado en los últimos años del Producto Interior Bruto (PIB) regional. De hecho, dentro de la producción industrial de la comunidad, el único apartado que crece es el relacionado con la energía. Eso sin contar con la considerable reducción del déficit comercial que supone el desarrollo de las renovables, ahora al alza debido a la dependencia de los energías tradicionales procedentes de otros mercados.
Por su parte, la Asociación Empresarial Fotovoltaica (AEF), que representa al 70% del sector a nivel nacional, propone una serie de medidas al Gobierno a la hora de elaborar la política energética, entre las que se encuentran la ausencia de cupos, el establecimiento de tarifas que permitan la viabilidad económica de los proyectos de fotovoltaica, la articulación de mecanismos de certificación obligatoria que garanticen la calidad de estas instalaciones y la creación de un registro de potencia que ordene la asignación de capacidad.
