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La prepotencia enseña las patitas

Qué es eso de despachar las apreciaciones de la Delegada Provincial de Obras Públicas, Salud Santana, discrepando de los planes del ayuntamiento de Sevilla sobre la ampliación del tranvía, echándole en cara su procedencia de un pequeño pueblo, Aznalcóllar, para restarle así validez a su opinión.

el 15 sep 2009 / 15:53 h.

Qué es eso de despachar las apreciaciones de la Delegada Provincial de Obras Públicas, Salud Santana, discrepando de los planes del ayuntamiento de Sevilla sobre la ampliación del tranvía, echándole en cara su procedencia de un pequeño pueblo, Aznalcóllar, para restarle así validez a su opinión. Quién se cree que es Maribel Montaño para rechazar con tan despreciativo gesto las legítimas críticas que ejerce una institución oficial como es el caso de la Junta de Andalucía. Cabe preguntarse si no tiene otro argumento la portavoz municipal más que recordar que Santana es ex alcaldesa de Aznalcóllar, "una ciudad muy pequeña, con problemas de movilidad muy diferentes a los de Sevilla". Se deduce, por tanto, conforme a la brillante exposición de nuestra munícipe, que tal delegada está absolutamente deslegitimada para ejercer su responsabilidad en toda su integridad ya que, de este modo, para nada podrá pronunciarse sobre asuntos que afecten a grandes poblaciones de la provincia y, por su puesto, sobre el área metropolitana y la Gran Sevilla. O sea, Santana está condenada a referirse a localidades menores por lo que, incluso, puestos a aconsejar, y para ser coherentes con las apreciaciones de Montaño, habría que destinarle a asuntos rurales, en todo caso.

Deslices inauditos en una ex federal Se trata de un encontronazo que va más allá de las lógicas diferencias que dirimen dos administraciones públicas en relación a un asunto realmente complejo como es el del transporte público, cuestión por cierto, que está sujeta a todo tipo de pareceres. Y es que Montaño, olvidando a quién representaba Santana, ha recurrido a lo fácil, a lo personal, sin tener en cuenta que, además, ella, no es de Nueva York, precisamente. A lo mejor, lo que sucede en el fondo es que ambas pertenecen a facciones diferentes del PSOE. Puede que, en efecto, aniden ahí las diferencias reales entre una posición y otra. Lo que pasa es que de alguien que ha pertenecido al máximo órgano de gobierno de este partido, como es su Ejecutiva Federal, se podría esperar algo más de sutileza, cuando no inteligencia, para ilustrarnos a los ciudadanos sobre las mejores soluciones en torno al proyecto de expansión del "Metrocentro", antes que recurrir al exabrupto.

El alcalde tiene que estar preocupado A buen seguro que el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín le habrá reprobado su actitud, dada la demostrada sensibilidad que tiene el que en su día fuera presidente de la Diputación para con su provincia. Eso de mandar callar al diferente poco menos porque es un cateto no está nada bien. Suena a prepotencia pura y dura. Nos consta que no la fichó, cuando aún estaba en la Ejecutiva Federal, para esos menesteres. Un pase por cierto, por la dirección del partido, que ni siquiera le sirvió a Montaño para ir en una lista para el Congreso o el Senado. Miren por dónde, los apoyos de esos pueblos, que ahora parece denostar tanto, le podrían haber venido muy bien para que siguiera en primera línea de la política nacional. Lástima, porque, al final, la sociedad española se ha visto privada del excelente trabajo que tuvo que llevar a cabo en Madrid, una labor que, a lo que se ve, lo suyos no supieron ponderar lo suficiente como para que siguiera.

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