El embalse de Melonares, concebido para abastecer de agua el área metropolitana y considerada la obra hidráulica con una mayor compensación ecológica de la UE, está ya llenándose tras superar las últimas pruebas técnicas. En estos momentos está sólo al 9% de su capacidad.
Este embalse, de 180 hectómetros cúbicos y que sólo podrá destinar unos 34 al consumo de la aglomeración urbana, fue un proyecto polémico desde que comenzó a diseñarse, a mediados de la década de los 70 del pasado siglo, por su impacto en la comarca de la Sierra Norte, un entorno de gran biodiversidad y en el que nidifican varias parejas de águila imperial ibérica, especie en peligro de extinción.
Precisamente por ello, el 40% de los 110 millones de euros que costó la presa se destinaron a medidas correctoras y de compensación ecológica, algunas únicas en la UE. En concreto, Melonares inundará una franja longitudinal de 16 kilómetros del río Viar que suma 15 kilómetros cuadrados de los municipios de Castilblanco de los Arroyos, El Pedroso, Almadén de la Plata, El Real de la Jara y Cazalla de la Sierra.
El pantano no alcanzará un nivel adecuado para comenzar su consumo hasta por lo menos dentro de un año, después de haber pasado un periodo similar en proceso de pruebas técnicas, es decir, llenándose y vaciándose para ir comprobando su resistencia. Se trata, en realidad, de un proceso similar a una prueba de carga en un puente. Y mientras se va llenando deberán construirse las canalizaciones que llevarán el agua hasta la red de la empresa metropolitana de agua de Sevilla (Emasesa). En estos momentos, están adjudicadas las mejoras de los 30 kilómetros del canal del Viar por donde irá esta agua. Están pendientes de licitación los 13 kilómetros restantes: desde Villaverde del Río a San Ignacio del Viar (Alcalá del Río).
El ingeniero jefe de este embalse, Enrique Grosso, recordó ayer a la agencia Efe que la UE, que cofinanció el 60% de esta obra, sólo autorizó su construcción, en 2002, tras comprobar la puesta en marcha de actuaciones ambientales singulares, como la creación de un área de compensación ecológica de unas 1.600 hectáreas, una extensión similar a la que quedará inundada por el embalse. En este área se plantaron unos 700.000 ejemplares de especies mediterráneas y se transplantaron unos 2.500 acebuches y encinas de los enclaves que quedarán inundados con el pantano.
Esta intensa actuación, que se deberá controlar durante 25 años, persigue consolidar una dehesa similar o mejor a la que inundará el embalse, para fijar en ella especies emblemáticas, en especial, la citada águila imperial ibérica.
También se construyeron en este área 789 vivares para conejos, la presa de dicha rapaz, en los que se liberaron casi 800 ejemplares de este lagomorfo, lo que permitió aumentar la densidad de 0,5 a cinco ejemplares por hectárea.
También en los extremos del embalse se levantaron sendos azudes ecológicos: Gargantafría y El Esparragal, para mantener láminas permanentes de agua que palíen la erosión que causarán las periódicas oscilaciones del pantano por su llenado y vaciado, y para propiciar la presencia de aves acuáticas. En concreto, en estos espacios hay islas unas artificiales para que nidifiquen aves acuáticas y críen otras especies como la nutria, además de vegetación de ribera que sirve para reducir el impacto visual del embalse.
La creación de corredores ecológicos para especies como el lince y el desvío de tendidos eléctricos para evitar la colisión de aves son otras de las numerosas medidas correctoras ejecutadas en la presa.
La delegada provincial de Medio Ambiente, Pilar Pérez, subrayó que este embalse es "una obra pública ejemplar desde el punto de vista de desarrollo sostenible y medioambiental" y un proyecto que "compagina el respeto y protección del medio ambiente con un claro beneficio social".
Los municipios sobre cuyo término municipal se asienta la presa, y que paradójicamente no beberán de su agua, recibieron por su parte compensaciones por esta servidumbre. Cada uno de ellos está aprovechando los ingresos para ejecutar distintos proyectos centrados en el desarrollo económico pero siempre con el objetivo de la sostenibilidad. No hay que olvidar que la presa se encuentra en pleno parque natural de la Sierra Norte y las reservas son muchas.
