La presión de los vecinos de Las Góndolas (Sevilla Este), que se oponían a la construcción de un tanque de tormentas a pocos metros de sus pisos, logró el viernes que todos los concejales del Ayuntamiento de Sevilla aceptaran la paralización de las obras. Fue tras una moción que fue presentada con carácter de urgencia por el grupo socialista.
Un portavoz de los vecinos, Gonzalo Pérez de Ayala, expuso ayer que el acuerdo de la moción acuerda la paralización de los trabajos "en tanto no se asegure a los vecinos todas las garantías" para que la construcción no cause daños a dos de las cuatro manzanas de Las Góndolas, en las que viven unas 3.000 personas. Asimismo, el acuerdo plenario propone el estudio de nuevas ubicaciones para la construcción de esta defensa contra las inundaciones.
"Sin ser técnicos, vemos como lugar idóneo la prolongación del parque Infanta Elena, actualmente desocupada, y más alejada de las zonas habitadas", expuso Pérez de Ayala, quien además agregó que los vecinos no desconvocan las movilizaciones contra las obras, "porque lo que pedimos es la paralización definitiva, y no queremos que los estudios sobre ubicación sirvan para descartar todo lo demás y volvernos a decir que sólo cabe la construcción del tanque a 15 metros de nuestros pisos".
Por este motivo, se mantiene la concentración convocada para mañana a las 17.00 horas en los jardines de la urbanización. La obra, cuyos trabajos preliminares comenzaron el pasado 12 de noviembre, está financiada al 80% con fondos europeos Feder y el 20% restante a cargo de Emasesa. Costará 8,2 millones de euros, como reza el presupuesto de la licitación que el 2 de agosto hizo pública la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) a las empresas Sogeosa, Aqualogy Medio Ambiente y Aquagest Andalucía.
Sin embargo, los trabajos fueron interrumpidos, en medio de las protestas vecinales, el 15 de noviembre. Once días después se formalizó el contrato de un vigilante para la zona. Los vecinos de Las Góndolas están convencidos de que la obra está "mal proyectada" al incorporarse sólo después de sus primeras medidas de presión "informes preceptivos" que faltaban.
Pérez de Ayala testimonia que incluso los ingenieros "desconocían" el tipo de cimentación de los bloques de viviendas.
La oposición de vecinos y comerciantes (hay unos cien locales afectados) se centra en las incógnitas sobre la incidencia del foso del tanque, equivalente a cinco pisos de profundidad, sobre los cimientos de los bloques de 10 plantas de La Góndolas -el tanque se sitúa a 15 metros de las viviendas- y las molestias de 18 meses de obras, amén de la invasión de una zona verde por los trabajos. La presión de los vecinos, que enviaron una delegación al pleno del viernes, forzó a los tres grupos del consistorio aprobar la detención de los trabajos.
Esta paralización, explican fuentes cercanas al grupo socialista, puede afectar definitivamente a la obra, puesto que al estar financiada con fondos europeos existe la posibilidad de que haya que devolver la subvención.
La CHG justificó en verano la construcción del tanque de tormentas para mejorar la red de drenaje del antiguo cauce del río Tamarguillo, una de las zonas inundables más peligrosas de Sevilla. Debe tener capacidad para 36,4 millones de litros de agua y servirá para descongestionar la red de alcantarillado en episodios de lluvias torrenciales, que pueden provocar inundaciones lejos de Las Góndolas, en Palmete, Padre Pío, el Cerro del Águila y la ronda del Tamarguillo.
