El Domingo de Resurrección, el día en que Jesucristo resucitó tras morir crucificado, era un buen día para preguntarse si en el Sevilla hay también vida más allá del ocaso, de la puesta de sol de las estrellas. En definitiva, si hay vida más allá de, por ejemplo, Luis Fabiano, ya en el Sao Paulo. Si habrá vida más allá de Palop y si habrá vida más allá de Kanouté. Era esto último lo que últimamente más preocupaba en el conjunto nervionense. Porque de hecho los datos demostraban que sin el delantero malí el conjunto hispalense tiene poco que hacer. No había ganado ni un partido en la Liga sin su estrella.
Pero ayer ganó. Ganó al Villarreal en un buen partido, tirando de recursos ante las bajas y tirando de opciones que algunas se consolidarán en el futuro y otras puede que se queden en el presente. Negredo tiene presente y futuro. Ha crecido de manera imponente esta temporada y sin Luis Fabiano y Kanouté ha demostrado que se crece. Lo que ha ofrecido esta campaña ya es bastante, pero si puede dar aún más el Sevilla tiene un futuro brillante. Está por dilucidar el futuro de otro jugador que se está jugando mucho en este final de la temporada, el de Rodri. Ha surgido como alternativa, tiene la sombra alargada de los grandes delanteros nervionenses y pone ganas a raudales. Pero si no va a más puede verse a la mitad del camino.
El que ya se ha ganado el honor de la sucesión sin cortapisas es Javi Varas. Ayer volvió a ser fundamental en el triunfo sevillista. De hecho, lo ha sido en dos de los grandes triunfos del equipo de Manzano en las últimas jornadas, ante el Valencia y ayer ante el Villarreal. Sus actuaciones hacen que Monchi se replantee el futuro de la portería hispalense y que valore no fichar a ningún guardameta. Sus magníficas actuaciones tienen premio. Ya por último, debe el Sevilla mirarse lo de los recogepelotas. Tanto regodeo y exageración ‘canta’ y perjudica.
