Se trata de una medida que el sector aceitero llevaba demandando años y a la que el Gobierno dio finalmente ayer luz verde, aunque ha abierto una polémica difícil de resolver entre productores del denominado oro líquido y hosteleros. El Consejo de Ministros aprobó ayer, a propuesta del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el Real Decreto que prohíbe las aceiteras rellenables y determina el etiquetaje obligatorio de los envases de aceite en hostelería, restauración y catering.
Los aceites que se pongan a disposición del consumidor en este tipo de establecimientos deberán presentarse en envases etiquetados, estar provistos de un sistema de apertura que pierda su integridad tras su primer uso y disponer de una protección que impida su rellenado una vez agotado su contenido original.
La nueva norma, que entra en vigor el 1 de enero de 2014, incluye también la posibilidad de utilizar las existencias de productos adquiridos antes de la entrada en vigor del Real Decreto.
De esta forma, los aceites de oliva y los de orujo de oliva adquiridos por el sector de la hostelería, restauración y catering antes del 1 de enero de 2014 podrán seguir poniéndose a disposición del consumidor final hasta el 28 de febrero del próximo año.
Esta medida se enmarca en el contenido del Plan de acción sobre el sector del aceite de oliva de la Unión Europea que establece medidas encaminadas a mejorar la competitividad del sector, entre las que se encuentra estimular a los Estados miembros a exigir la utilización de envases que no permitan el relleno en el canal Horeca (hostelería, restauración y catering).
El sector afectado recalcó ayer su fuerte rechazo a la medida. Así, el presidente de la comisión gestora de la Federación de Hosteleros de Andalucía, Antonio de María Ceballos, se mostró indignado por la prohibición de las aceiteras rellenables, una medida con la que se nos quiere acusar de presuntos defraudadores. De este modo, indicó que esta desaparición supone un despilfarro enorme, toda vez que deben desaparecer desde el convoy hasta la aceitera para el desayuno, lo que supondrá, a su juicio, un problema medioambiental enorme, porque se va a generar una gran cantidad de envases que se deberán destruir.
Tras recordar que en España hay 350.000 establecimientos de hostelería, de los que 45.000 se ubican en Andalucía, De María aseguró a Europa Press que los establecimientos de hostelería procuran poner el mejor aceite del mercado. La calidad del aceite de oliva se ha dado a conocer a muchos viajeros y turistas a través de nuestros establecimientos, aseveró. Asimismo, consideró que el hecho de querer obligar a los hosteleros a poner fin a las aceiteras rellenables es algo antinatural, toda vez que el establecimiento de hostelería es el único autorizado para manipular los alimentos y lo que se coloca es nuestra responsabilidad y la calidad en nuestras manos está perfectamente defendida.
Todo lo contrario opinaban las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA, que consideraron un paso hacia adelante la aprobación de la norma. El secretario general de Asaja-Sevilla, Eduardo Martín, alabó la decisión del Gobierno central de corregir el error de la Comisión Europea, que dio marcha atrás a esta medida que le reclamaban los países productores de aceite. En declaraciones a Europa Press, Martín indicó que redunda en los consumidores que van a salir tremendamente beneficiados, al tiempo que ayuda a mejorar la competitividad del sector y la calidad de un producto emblemático. Asimismo, destacó como muy importante el control por parte de las regiones de la medida una vez se ponga en marcha el 1 de enero de 2014. Cuando se ponga en marcha pediremos a las comunidades y, sobre todo, en Andalucía, líder de producción, que controle su cumplimiento, subrayó.
COAG consideró un gran paso adelante a favor de la calidad y fundamental dotar al sector del aceite de oliva de mecanismos que le otorguen una mayor calidad y mediante los cuales puedan llegar al consumidor en las mejores condiciones. Por ello, el secretario general de COAG-Jaén, Juan Luis Ávila, subrayó que la aprobación supondrá un marchamo más de calidad para el sector, además de comentar que el consumidor tendrá la certeza de que la etiqueta de los envases que les están sirviendo en restaurantes, bares y cafeterías se corresponde con el aceite que hay en el interior.
Por su parte, el secretario general de UPA en Andalucía, Agustín Rodríguez, tildó esta medida como un paso muy importante, con la que ganan todos, tanto consumidores como productores. Ha sido muy reivindicada por el sector y garantiza a los consumidores la autenticidad del producto, recalcó Rodríguez, que también apuntó la importancia del producto más allá de las características alimentarias, en la importancia social.
