La situación del ladrillo no ha dejado a ninguna de las empresas del sector indiferente. La mayoría, endeudadas, reclaman la ayuda de los bancos para sortear los malos tiempos. En este contexto, la promotora Urvasco, encargada de levantar los pisos de Cruzcampo, ha solicitado refinanciar su deuda.
La coyuntura actual no es nada halagüeña para las promotoras. Las que ya han construido sus viviendas tienen dificultades para venderlas, mientras que las que aún no ha iniciado las obras se encuentran con muchas deudas sin saber siquiera si podrán hacerles frente.
El grupo Urvasco, encargado de levantar los pisos de diseño dentro del complejo que se construirá en la fábrica de Cruzcampo en Nervión, ha solicitado apoyo a los bancos para enfrentar la situación que vive la empresa, por el frenazo en la venta de pisos. Así, según fuentes financieras, ha pedido la renegociación de su deuda y ha iniciado un proceso de venta de activos para ganar liquidez.
Algunas fuentes sitúan el grado de endeudamiento de la empresa vasca en 1.000 millones de euros, ya que ha adquirido terrenos de alto valor, como los de Cruzcampo. En esta ubicación está prevista la construcción de 1.963 viviendas (890 de VPO), un hotel de cinco estrellas, oficinas y comercios. La inversión prevista asciende a 750 millones.
Según las fuentes financieras, las negociaciones con Urvasco comenzaron hace varias semanas y su resultado está sujeto al éxito de un plan de emergencia que la propia promotora ha puesto en marcha para paliar la crisis.
En concreto, este plan se basa en la venta de activos, con el objetivo de conseguir ciertas plusvalías y liquidez a corto plazo. De hecho, ha puesto a la venta su filial de energía eólica para soportar el frenazo del sector inmobiliario y ha vendido algunos de los hoteles de los que era propietaria la compañía vasca. Fuentes del sector energético aseguran que Urvasco ha logrado un principio de acuerdo con una compañía alemana (que podría ser RWE) para traspasarle sus parques eólicos.
El grupo es propietario de las Torres de Isozaki en Bilbao, así como de varias promociones inmobiliarias en Álava y Vizcaya, además de los terrenos de Cruzcampo y es el principal accionista de la cadena de hoteles Silken. La potencia de sus parques eólicos es de 150 megavatios.
