La Delegación Provincial de Salud tiene registrados 50 casos de paperas en lo que va de año en la provincia de Sevilla, lo que supone una tasa de 2,6 por cada 100.000 habitantes. Se trata de una incidencia inferior a la registrada en comunidades que han activado la alerta sanitaria ante un brote de esta enfermedad que no es grave pero sí muy contagiosa, como Asturias (498 casos por cada 100.000 habitantes), Castilla y LeBón (249), País Vasco (237) y Madrid (110). No obstante, en las últimas semanas se ha detectado un importante incremento de esta enfermedad, con 12 casos detectados en cinco colegios de la capital. La cifra global de medio centenar también indica una mayor prevalencia de la misma por cuanto hasta el 24 de febrero, fecha del último boletín semanal del Centro Nacional de Epidemiología, Andalucía había comunicado a esta red estatal 46 casos de paperas en toda la comunidad. Se da la circunstancia de que los últimos 12 casos detectados en cinco colegios de la capital Salesianos de la Trinidad, Buen Pastor, San Francisco de Paula, IES Valle-Inclán y Portaceli afectan a alumnos de Bachillerato de entre 16 y 18 años. La misma edad que la mayoría de los afectados por los brotes registrados en otras comunidades, cuyas autoridades sanitarias, al igual que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), lo atribuyen a que la vacuna que éstos recibieron en su momento carecía de efectividad.
La inmunización contra la parotiditis, nombre científico de las paperas, está incluida en la vacuna triple vírica que forma parte del calendario de vacunación infantil gratuito del SAS y que inmuniza también contra el sarampión y la rubeola. Actualmente, en Andalucía, se ponen dos dosis de esta vacuna, una a los 12 meses de vida y otra a los 3 años. La vacuna actualmente utilizada en todo el país sustituye a una anterior que fue cambiada en 1999 cuando se demostró científicamente la baja efectividad de la cepa usada, especialmente contra las paperas.
En el caso de Andalucía, Salud no ha vinculado los casos detectados a ningún factor concreto ya que asegura que la incidencia hasta ahora es una situación normal en tanto en cuanto, a pesar de las altas coberturas de vacunación (que superan el 90%), el virus continúa circulando entre la población.
Según la Delegación de Salud, la presentación epidémica de la enfermedad se mantiene cada tres a cinco años, con un patrón claramente estacional en los meses de invierno y primavera, generlamente con casos aislados.
Por ello, se sigue la vigilancia habitual y el protocolo establecido, consistente en aislar a los pacientes enfermos durante el periodo de transimisión de la enfermedad (dos días antes de la aparición de los síntomas y hasta cuatro días después) y localizar a las personas que hayan estado en contacto y sean susceptibles de ser contagiadas, sobre todo aquellas nacidas a partir de 1971 que no estén vacunados ni hayan pasado la enfermedad. La parotiditis es una enfermedad vírica consistente en la inflamación de la parotida u otras glándulas salivares. Se transmite por vía respiratoria a través de las gotitas de saliva que se producen al hablar o por contacto directo con saliva de una persona infectada. Sus síntomas son fiebre y dolor de garganta. No es grave y solo puede presentar complicaciones en pacientes adultos, afectando a órganos como testículos, ovarios, páncreas o al cerebro (meningitis).
