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La próxima vez, que descanse el Gran Poder

La victoria del Betis en uno de sus feudos preferidos, los Campos de Sport de El Sardinero, es de un valor estupendo, acrecentado por otros resultados. Dadas las circunstancias que han pasado y que aún se anuncian, lo mejor será esperar que el equipo y el club no se vean en muchas como éstas, hasta que pase cierto tiempo. A ver si el Gran Poder puede tener un respiro.

el 16 sep 2009 / 01:15 h.

La victoria del Betis en uno de sus feudos preferidos, los Campos de Sport de El Sardinero, es de un valor estupendo, acrecentado por otros resultados. Dadas las circunstancias que han pasado y que aún se anuncian, lo mejor será esperar que el equipo y el club no se vean en muchas como éstas, hasta que pase cierto tiempo. A ver si el Gran Poder puede tener un respiro.

Algunos debemos ser especialmente cuidadosos a la hora de escribir sobre este triunfo del Betis, para no recibir acusaciones de 'ventajismo' en plena línea de flotación. Así y todo, habrá que anotar cierta amarga queja que Paco Chaparro dedicó a quienes le comunicaron su destitución: "Me echáis ahora, que iba ganar dos partidos seguidos". En fin: esto no va de Chaparro, sino de Lopera, ante todo, y del Gran Poder en segundo lugar.

La combinación de acontecimientos que ha rodeado al equipo del Betis en las últimas semanas debería hacer reflexionar al máximo accionista sobre algunos de sus 'tics', adquiridos con el paso del tiempo y de la fortuna empresarial. Una cosa es que a Lopera se le haga cuesta arriba destituir a sus entrenadores, por una u otra razón, y otra, más preocupante, es que necesite verse cercado por todo su consejo directivo, con la dirección deportiva de refuerzo, para tomar la decisión del despido de Chaparro, algo que los resultados, el trabajo de unos y otros e incluso ciertas palabras del mismo técnico trianero pedían ya a voces. No tengo espacio, lo siento, para tantas cosas que ha dicho Chaparro. Sé y conozco los resultados del Betis. Deberían haber bastado para dictar sentencia: hace ya bastante tiempo.

Antes de hacer oficial el ascenso de Nogués a su nueva responsabilidad, Lopera se dio tiempo personal para consultar con el Señor del Gran Poder, en besamanos. Cabe suponer que el Gran Poder tuvo la última palabra, como aquella vez en que el Señor de Sevilla apareció por la puerta del garaje del veterano sevillista Juan Araújo, cuando éste tenía alguna rencilla pendiente con el Señor. El balance de lo ocurrido del Sábado de Pasión al Lunes Santo concluyó en la Resurrección de Emana y en un gran éxito del Betis, que volvió a ganar y dio media verónica al descenso: sin Ricardo, sin Sergio, sin Oliveira, sin Chaparro y con suerte. Pero la próxima vez, que descanse el Gran Poder: por favor.

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