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La pura sangre de la política

Amparo Rubiales ha presentado su libro "Una mujer de mujeres" (Aguilar) en el que hace un repaso de su vida personal y profesional tras más de 25 años de dedicación a la política. Foto: Javier Díaz.

el 15 sep 2009 / 16:06 h.

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Mujer rebelde, apasionada, incon- formista, que vive sin red, discípula de Clara Campoamor, primera consejera andaluza, feminista convencida y una luchadora que deja huella. Pueden ser muchas mujeres, pero en realidad es una sola. La misma que sus amigos admiran porque, dicen, ha ayudado a cambiar la historia. Ninguno de ellos faltó ayer a la presentación del "libro de su vida", que cuenta precisamente eso, el testimonio de los años difíciles que le tocó vivir y cómo, gracias también al esfuerzo de muchas compañeras, se abrió paso en un mundo de hombres. En esta autobiografía, Amparo Rubiales (Madrid, 1945) "escribe como habla", con ese torrente de voz que esconde el "torrente de ideas" de una pura sangre de la política.

Ésta es la carta de presentación que hicieron sus amigos: "Manolo, Pepe y Rosa", que no son otros que el presidente de la Junta, Manuel Chaves; el vicepresidente económico, José Antonio Griñán, y Rosamar Prieto-Castro, concejal de Fiestas Mayores de Sevilla. Y es que el acto, que huyó de formalismos, parecía ni más ni menos una charla entre íntimos. Se recordaron anécdotas que la protagonista narra en Una mujer de mujeres (Aguilar), como cuando Amparo tenía que salirse de las clase de Derecho Canónico cuando tocaba explicar que la impotencia masculina es causa de nulidad matrimonial. O cómo renunció a la dirección de Instituciones Penitenciarias -hubiera vuelto a ser pionera- para poder disfrutar de su vida personal.

La periodista María Esperanza Sánchez la presentó como una "feminista en tiempos de riesgo", y Rosamar Prieto, que la conoce muy bien porque es "su amiga del alma", dijo de ella que "nunca está conforme" con sus conquistas sociales. Se "entrega en cuerpo y alma" -siguió- y ese fuerte carácter "ha hecho que nos peleemos muchas veces".

Griñán -autor del prólogo del libro- prefirió no recitarle romances como hacía antaño, pero se deshizo en elogios. "Amparo pertenece a esa estirpe de mujeres de la República, como Victoria Kent, que marcaron una época con su impronta. Ha obligado a que los libros de historia mencionaran a Clara Campoamor". Explicó que esta autobiografía "es el testimonio de una vida y de las circunstancias que le rodearon", la dureza de la Dictadura, "años de plomo que hoy se silencian o se ignoran". El consejero de Economía recordó cómo, a pesar de su feminismo, la socialista nunca dio de lado a los hombres. Algunos, como él mismo y Alfonso Perales, tuvieron la "suerte" de ser invitados a los encuentros de Amparo Rubiales, Carmen Alborch o Rosa Conde.

aforo completo. Chaves confesó sentirse "aliviado" en la tribuna del centro cultural Cajasol porque, por una vez, no tendría que hablar de la crisis económica. Describió el libro como un "alegato a un mundo igualitario, que refleja la rebelión contra las injusticias". A Amparo Rubiales la llamó "mujer apasionada e inteligente, la primera en tantas cosas, que ha hecho avanzar a la historia, aunque pueda sonar grandilocuente". Y coincidió con el resto de invitados en que la socialista "nunca ha olvidado a aquéllas que no han alcanzado sus logros".

En su turno, la anfitriona tuvo palabras de agradecimiento para las "mujeres y hombres de su vida", desde su madre y su tía Mari, a las consejeras del Gobierno andaluz, sus amigas periodistas, su marido, e hijos. La mayoría de ellos se sentó en un patio de butacas a reventar en el que no faltaron, entre otros, Juan José López Garzón, delegado del Gobierno en Andalucía; Antonio Pulido, presidente de Cajasol; Fuensanta Coves, presidenta del Parlamento; o Micaela Navarro, Teresa Jiménez y Evangelina Navarro, consejeras de la Junta. Y, por supuesto, sus tres nietos -vestidos uniformados-, los "últimos amores" de su vida, precisamente varones, a los que dedicó el final más cariñoso: "Con ellos he renacido y me han dado fuerzas para seguir luchando".

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