El Betis ha ganado sus tres últimos partidos oficiales, ha emprendido la huida de la zona de descenso y ha encontrado la forma de compatibilizar buen fútbol y buenos resultados, pero la vida nunca es bella del todo en Heliópolis. Hoy lo visita el Deportivo, su gafe más gafe de este decenio.
Hubo un tiempo no muy lejano en el que los béticos temblaban cada vez que veían aparecer el autobús del Espanyol por la avenida de La Palmera, un temor muy bien fundado porque los periquitos consiguieron la friolera de cinco victorias consecutivas a finales del siglo pasado. Con el cambio de centuria desapareció el mito del gafe blanquiazul, o eso parecía, porque otro equipo con los mismos colores no tardó en heredar el puesto. El Deportivo de La Coruña ya era un rival de de pésimo recuerdo para el Betis desde que le impidió ascender en la promoción de 1992, pero en la última década se ha empeñado en reforzar su condición de bestia negra para los verdiblancos. En seis de sus once últimas visitas a Heliópolis logró la victoria y sólo en dos regresó a Galicia sin ningún punto (1-0 en la 97-98 y 2-0 en la 04-05), ahí es nada.
El gafe más gafe vuelve a cruzarse hoy en el camino del Betis, inmerso en una racha de dos jornadas consecutivas ganando sus partidos, uno frente al Mallorca (3-0) y otro ante Osasuna (0-2), a los que se puede sumar un tercero, en la Copa y contra el Castellón (0-2). Así pues, son tres citas oficiales con tres triunfos y ni un solo gol en contra, buenos argumentos para enfrentarse a la maldición del Dépor, que además no gana fuera de Riazor desde abril, pero he aquí que Paco Chaparro se encuentra ahora con otros inconvenientes: Edu se lesionó el miércoles y Juanito no se ha recuperado de sus molestias en el bíceps femoral.
La baja más significativa, aunque no lo parezca, es la del central. Si hubiese jugado, el Betis habría repetido la alineación que tan magnífico rendimiento estaba ofreciendo últimamente. Al no hacerlo, el entrenador se ve obligado a modificar un dibujo que le había permitido convertir la portería en poco menos que una utopía para los atacantes rivales. El cambio, en todo caso, será mínimo: Melli o Rivas, con más posibilidades para el primero, ocuparán el lugar del capitán.
Por lo demás, el Betis persigue un hito que no logra desde mediados de la pasada temporada: tres victorias seguidas en la Liga. Aquella racha, entre las jornadas 29ª y 31ª, se produjo poco después de que el conjunto verdiblanco protagonizase una primera reacción en el tránsito de la primera vuelta a la segunda -con triunfos ante Getafe y Espanyol y empate con el Recre- que fue abortada bruscamente en casa... por el Dépor. Si se le llama gafe, desde luego es por algo.
