Las abuelas andan revueltas porque hay alguien que les quita protagonismo. Cristóbal Silva es el objetivo de micrófonos y cámaras. No es para menos, porque es uno de los dos únicos varones que han participado en la quinta edición del taller de abuelas cuidadoras, que se clausuró ayer y congregó a 244 mujeres (y dos hombres) de 20 pueblos a los que animaron a que no estén esclavizadas por el cuidado de sus nietos.
"Dice que es un cuidador, pero seguro que no sabe cambiar un pañal", bromean varias vecinas de este hombre, que vive en Salteras. Éste se defiende diciendo que no sólo se le da bien eso, sino que también les hace "la comida". Seguramente le haya tocado vivir jornadas maratonianas a cargo de sus nietos, pero no vive el caso de su vecina Concepción Orden, que recibe a su nieta a las siete de la mañana para que la madre pueda ir a trabajar. No lo hace con mala gana, sino todo lo contrario. "Me quedé viuda hace unos años y si no fuera por mis nietos...". Sus palabras dejan paso al silencio del cariño a los reyes de su casa, a los que cuenta historias de su infancia que los niños entienden como si fueran cuentos.
Sin restar ni un ápice al amor que prodigan por sus nietos, estos abuelos proclamaron el inicio de su rebelión contra el conocido como el síndrome de la abuela esclava. Incluso hay vecinos Algámitas, Cazalla de la Sierra y El Coronil que se asociaron al término de esta iniciativa. El taller, promovido por la Diputación de Sevilla, les sirve para ganar en autoestima y "saber decir que no" cuando ven imposible poder estar a cargo de los pequeños. "Los jóvenes y los hijos somos muy egoístas y, por eso, desde aquí, os doy las gracias por esa dedicación exclusiva", señaló la diputada provincial de Igualdad, Trinidad Argota, en la clausura de una iniciativa por la que han pasado 1.200 personas de 67 municipios de la provincia desde el año 2006.
Las alabanzas también llegaron del presidente, Fernando Rodríguez Villalobos, quien reclamó que se acaben estos tópicos, en los que la gente ironiza sobre el sacrificio de las abuelas. "Sois un ejemplo por la crianza de vuestros hijos y ahora de vuestros nietos, a los que se les quiere de manera distinta", dijo.
El perfil de las abuelas cuidadoras es claro. La mayoría cuida a uno o dos nietos, a los que dedica cuatro horas al día porque los padres tienen que trabajar. Igualmente, sus funciones principales son las de llevar a los niños al colegio o la guardería. También resalta que el 93% les preparan alguna comida, sobre todo la merienda, aunque en la mitad de los casos también es el almuerzo. Pero el dato más revelador es la razón que les lleva a ese ritmo de vida: el 82% considera "un placer" hacerse cargo de sus nietos.
