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La rebelión de los perdedores

Lo ha dejado bien claro el presidente del PP, Javier Arenas a la hora de hablar de cómo va a ser su labor de oposición a los socialistas en Andalucía: "No les vamos a dejar pasar ni una", anunció a su propio grupo parlamentario.

el 15 sep 2009 / 02:26 h.

Lo ha dejado bien claro el presidente del PP, Javier Arenas a la hora de hablar de cómo va a ser su labor de oposición a los socialistas en Andalucía: "No les vamos a dejar pasar ni una", anunció a su propio grupo parlamentario. Anticipa, de esta forma, una labor de control al gobierno de Chaves dura y contundente aunque no exenta de propuestas de grandes acuerdos a sabiendas, eso sí, de las escasas posibilidades que tienen de prosperar dichas iniciativas lanzadas, prácticamente, como un simple brindis al sol sin responder, por tanto, a un verdadero afán de establecer los consensos básicos que se demandan por parte de la ciudadanía a todas las fuerzas políticas, al menos, en el inicio de legislatura. En todo caso, estamos ante una posición critica como corresponde a quien tiene encomendada la misión de fiscalizar la acción del Ejecutivo, tal y como lo así lo han decidido los electores al no darles el apoyo suficiente en las urnas. Al mismo tiempo, desde las filas del PP se comprometen, de puertas para dentro, a reflexionar en torno a las causas que le impiden progresar de determinados territorios como puede ser el caso de Sevilla y su provincia. Una declaración de intenciones que habla por sí mismo de la que nos espera en este mandato.

Ningún cambio de actitud

En cuanto a la oposición que piensan llevar a cabo, está claro que no supone novedad alguna. Nada hacía pensar que fueran a cambiar de estrategia a pesar de su derrota, tanto en las andaluzas como en las generales. Ni siquiera la crisis en la que se encuentra inmersa la actual dirección del partido, con un Mariano Rajoy mirando a las moscas, da a desembocar en un cambio de criterio basado en una total confrontación sin lugar a tregua alguna. Pensarán que, de esta forma, no les ha ido tan mal de ahí que todos demos ya por hecho que nos espera más de lo mismo, esto es, incapacidad plena para cerrar entendimientos mínimos y máxima crispación hasta hacer irrespirable el clima político. Y así hasta donde el cuerpo aguante. En el caso andaluz, incluso, pueden sentirse más tentados que nunca para seguir en esta línea si se tiene en cuenta que se encuentran muy motivados por esta dulce derrota que, si bien no les ha servido para acceder al poder, sí para contentarse y para autoproclamarse, esta vez sí, en una alternativa a los socialistas.

Estrategia que puede ir en contra de sus intereses

Y lo cierto es que de seguir en esta trayectoria nada hace garantizar a los populares que logren los frutos deseados. Saben que tienen las mayores posibilidades de crecimiento a medida que transiten por los territorios del centro político andaluz, pero una cosa es decirlo y otra cosa practicarlo. El revés electoral siguen sin digerirlo debidamente, tal y como se pone de manifiesto con la escandalosa moción de censura que tanto PP como IU llevan a cabo en la localidad cordobesa de Mengíbar o con el bloqueo económico al que tienen sometido el ayuntamiento sevillano de Écija, esta vez, los populares actuando de simple comparsa de unos perdidos andalucistas y, también, de un sólo edil, ex comunista y ex socialista que constituye todo un ejemplo de lo que en política no se debe hacer.

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