Los galardones reconocen las más destacadas intervenciones en el patrimonio de Europa en unas categorías que van desde la restauración de edificios y su adaptación a nuevos usos hasta la rehabilitación de paisajes urbanos y rurales, pasando por las interpretaciones de yacimientos arqueológicos y la conservación de las colecciones de arte.
Esa exclusividad lleva al premiado a considerar que "es un gran honor no solamente para nosotros como arquitectos, sino para Écija y para la Consejería de Cultura tener un premio de este nivel". En concreto, el jurado reconoce "el excepcional trabajo de restauración del convento", sus reliquias, el patrimonio litúrgico, altares, órgano y su entorno, todo ello declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Andalucía, que también aportó la financiación para la restauración de este templo.
Pero no es el primero. El arquitecto sale prácticamente a premio por año. "Se hace lo que se puede", ríe este hombre, que ya recibió en 2009 el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales por la obra de recuperación integral de la Colegiata del Salvador de la capital hispalense. Pese a esos galardones, se considera "corrientito". Eso sí, no escatima elogios respecto a Los Descalzos y la ciudad de Écija. El edificio es, para el arquitecto, "una de las piezas clave del barroco tardío andaluz, del rococó popular de Andalucía", y una iglesia a la que le tiene "mucho cariño". El mismo que le profesa a Écija, "una de las ciudades más bonitas de Andalucía y un municipio que es muy especial para mí".
Con esa declaración de amor no es extraño que asumiera la recuperación de Los Descalzos "con mucho interés". Las obras de restauración salvaron el templo de una ruina segura, según los propios expertos, una opinión que comprarte el arquitecto, que también reconoce la labor al tomarse "el arreglo de Los Descalzos como proyecto estrella del programa Andalucía Barroca". El único pero está ahora en que el templo lleva casi un año cerrado y sin que los ciudadanos puedan disfrutar de su interior.
La intervención, que contó con un presupuesto de cinco millones, recibió este mismo año el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales, a la que se suma este galardón, tras haber sido seleccionado entre un total de 140 proyectos.