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La reivindicación choca con la conciliación

El paro masivo en las universidades contrasta con un seguimiento desigual en los institutos y mucho menor en los colegios.

el 22 may 2012 / 17:51 h.

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Estudiantes en las Setas.
@FAlvarezOssorio
El seguimiento de la huelga fue menor en los colegios, pero por la tarde se unieron muchos niños a la manifestación.

A primera hora de la mañana, el barullo de las madres del colegio concertado del Rosario cuyos pequeños se iban ayer de excursión contrastaba con el ambiente más tranquilo de lo normal del colindante IES Vicente Aleixandre. "La Inma no tenía otro día para poner un examen que un día de huelga", se quejaban a sus puertas dos alumnos. En el centro estudian unos 400 pero un tercio no fue a clase, el mismo porcentaje del profesorado que hizo huelga. Las madres de los pequeños del Rosario sabían lo de la huelga pero como si no fuera con ellas. "En este colegio nunca ha habido problemas", decían mientras esperaban para ver a sus niños subirse al autobús.

Fue una tendencia generalizada, ratificada por los sindicatos convocantes. El seguimiento del paro -un 55% en la enseñanza no universitaria- fue mucho mayor en los institutos que en los colegios y solo se notó en los centros públicos. La concertada ha anunciado concentraciones por los recortes en su profesorado, cuyas nóminas paga la Junta, la próxima semana. Los Salesianos de la Trinidad o el colegio Protectorado de la Infancia en Triana confirmaron que en sus filas no hubo ninguna baja. Tampoco en la guardería pública María Inmaculada, en los Jardines de Murillo.

Y es que entre los niños pequeños la decisión de que fueran o no a clase estaba en manos de los padres y aunque la Federación Provincial de Ampas apoyaban el paro, los progenitores se enfrentan al conflicto entre la conciencia contra los recortes y la necesidad de conciliar la vida familiar y laboral. "Yo no quiero que piensen que soy una insolidaria pero es que no tengo con quién dejar a los niños", comentaban dos madres en el entorno de María Auxiliadora.

En la zona, en el CEIP Carmen Benítez solo 12 de los 15 profesores hicieron huelga y un 12% de los 215 alumnos faltaron. Según su director, Juan Campo, "esta huelga no se sabe bien contra quién va porque nuestro patrón es la Junta y está recortando en el sueldo de las familias mientras mantiene los ordenadores para niños de 10 años, que es un gasto ostentoso, y no necesario o los libros de texto gratis para familias con recursos". La consejera de Educación, Mar Moreno, reconoció ayer en Canal Sur que estos programas pueden revisarse pero no compensarían el ahorro exigido en personal. En el Jardines del Valle, que solo tiene segundo ciclo de Infantil, trabajaron la mitad de los maestros y acudió el 40% de los niños.

No obstante, en algunos colegios faltaron más alumnos que profesores. Así por ejemplo, en el CEIP San Jacinto, de los 28 maestros hicieron huelga 9 mientras que solo acudieron a clase la mitad de los 450 escolares aunque "ninguna clase ha faltado entera", según su directora, Mónica Poyato. María no ha llevado a su hija Paula porque "hay mucho donde se podría recortar antes que en sanidad y educación que son derechos". Algo similar ocurrió en el José María del Campo, también de Triana, donde hizo huelga la mitad de la plantilla (15 de 29) pero en sus aulas solo estaban 185 de los 430 escolares. "Hay una clase solo con cuatro niños, lo que sí se mantiene es el comedor", explicó la secretaria María Rubio.

Sea porque los recortes afectan más al profesorado de Secundaria -con el aumento de horas lectivas de 18 a 20 habrá 1.200 interinos menos- o porque el alumnado más mayor decide por sí mismo, en los institutos sí se notó más ausencia de estudiantes. El plan de centro del IES Triana prevé que los alumnos de 30 y 40 de ESO y Bachillerato voten en clase si hacen huelga y hasta cinco grupos así lo decidieron, además de alumnos de cursos inferiores cuyos padres comunicaron la decisión al centro, según explicó la jefa de Estudios, María del Espino García. Entre los profesores, el paro fue secundado por 18 de los 53 docentes. En el IES Bécquer ni profesores ni alumnos anunciaron su decisión con antelación y la asistencia fue desigual. Lucía y Emma, de 18 años y compañeras del Grado Medio de Administrativo, discrepaban sobre la huelga. Para Emma, el paro estaba muy justificado "sobre todo en la universidad, que van a subir mucho las tasas". Lucía también rechaza los recortes pero cree que entre el alumnado la huelga es "una excusa para irse de botellón". Su profesora, María del Águila, comparte los motivos de la protesta pero no la medida de la huelga que "me parece que ha sido muy precipitada y no sirve y menos en época de exámenes". Por ello, ayer trabajó aunque por la tarde acudió a la manifestación. Los sindicatos rechazan las críticas al momento ya que defienden que se trata de la respuesta ante un "ataque al derecho a la educación sin precedentes" y recuerdan que la huelga "no es un punto y final ya que si los recortes no cesan seguiremos con las movilizaciones", según el secretario general de la Federación de enseñanza de CCOO-A, José Blanco.

Y si en los colegios e institutos el seguimiento fue desigual y los motivos a favor o en contra muy variados, en las dos universidades sevillanas la actividad docentes se paralizó por completo. Según los sindicatos, el seguimiento en la Hispalense fue del 95% y en la Olavide del 80%. Ambas iniciaron con la huelga de ayer medidas de protesta más contundente: un paro académico de diez días en la Olavide y de dos semanas en la Hispalense. Ésta era a media mañana un remanso de paz, solo alterado por un grupo del sindicato SAT, liderado por Diego Cañamero, que protagonizó una protesta ante la oficina del Santander del Rectorado. Sin embargo, a mediodía se celebró a sus puertas una masiva asamblea que convocó un encierro para hoy a las 20.00 horas. En la UPO, hubo piquetes de alumnos, cortes de tráfico y marchas por el recinto.

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