Aunque en la mente tengamos las abundantes lluvias del invierno y la primavera, lo cierto y verdad es que a lo largo de 2012 el campo andaluz sufrió una sequía que, aunque no se reflejó en los cultivos de regadíos puesto que había agua más que suficiente en los pantanos, sí lo hizo con severidad en los de secano. Las estadísticas macroeconómicas que acaba de hacer públicas la Consejería de Agricultura así lo corroboran, con un mazazo generalizado a las cuentas del agro regional y del sevillano en particular. En efecto, la Producción Final Agraria es el valor de mercado de las cosechas y ganados se situó en la provincia en 1.659,69 millones de euros, tras apuntarse un recorte del 9,70 % respecto al ejercicio precedente. De esta cantidad, 1.343,43 millones correspondieron a las producciones vegetales (-11,58 %, con fuertes rebajas en cereal, -34,23 % tras el desplome de las cosechas, y del -41,51% en la remolacha), y 270,77 millones procedieron de las ganaderas, que aguantaron al contabilizar el -2,9 % anual. Se trata de importes en valores constantes, es decir, descontando la inflación. Los consumos intermedios, esto es, los gastos en abonos, fitosanitarios (pesticidas), semillas y piensos y otros artículos y servicios necesarios para la actividad, se colocaron en 644,42 millones de euros, tras menguar un 1% respecto al ejercicio agroganadero anterior. Pero un importante matiz: al analizarlos en precios corrientes (sin descontar el IPC) se dispararon desde los 860,94 hasta los 899,22 millones, debido a la volatilidad del petróleo. Llegamos a la renta agraria, que a la producción final suma las subvenciones y resta impuestos y amortizaciones: 1.177,75 millones, con revés del 14,57 %. Una cuarta parte menos que en 2005.