La concejal se ha dado ya de baja en el partido. Laura Ballesteros formalizó ayer su renuncia como concejal socialista en el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, con lo que deja al equipo de gobierno que dirige Antonio Gutiérrez Limones en una posición inédita de minoría (12 concejales). La edil amagó con este movimiento hace justo un mes, pero dio marcha atrás después de que tanto desde el partido provincial como desde el equipo municipal se le pidiera que reconsiderara la decisión y le ofrecieran un periodo de reflexión y diálogo. Ballesteros, tras cursar baja en el PSOE, ha solicitado al Pleno continuar como concejal no adscrita, para lo que cuenta con el amparo de la ley, cuestión que abordará el plenario el tercer viernes de este mes. ¿Por qué no dimito? Pues porque creo que en estos tiempos tan complicados debo seguir aportando desde mi experiencia. Para la concejal socialista, que llegó con 22 años al Consistorio alcalareño, es el cuarto mandato. Su intención es continuar los dos años restantes como no adscrita, aunque apoyará las propuestas coherentes y que respondan a los intereses de los ciudadanos, procedan tanto del PSOE como de cualquier otro grupo. Un mes fue el margen de tiempo establecido. Expirado el plazo y con una única reunión, Ballesteros explica que no se ha dado respuesta a ninguno de sus planteamientos y tampoco ha visto gestos que induzcan a pensar en que va a cambiar algo la forma de hacer política del actual equipo. Mi decisión es irrevocable y no hay marcha atrás, explicó ayer a este periódico. Hace un mes tomé esta decisión porque consideraba que el gobierno del Ayuntamiento tenía que cambiar cuestiones en la forma de gobernar. Mejorar la transparencia con una mayor fiscalización de sociedades municipales entre sus propuestas, trabajar más en las políticas sociales como en materia de desahucios y abrir la política municipal a los ciudadanos son aspectos que considera fundamentales. Demandas que, según su versión, recibieron o evasivas o el silencio como respuesta. Dirán que me mueven intereses personales, un movimiento de rebeldía o una pataleta, pero me voy por principios, indicó. Tengo mi trabajo como orientadora en un instituto de Pruna, así que no le debo nada a nadie.