El presidente de la Junta y secretario general del PSOE-A, José Antonio Griñán, ayer, en Baena. Harto de escuchar cómo la cúpula del PP y los ministros de Rajoy tachan de radicales y extremas las políticas con las que la Junta busca distinguirse de la hoja de ruta del Gobierno, el presidente andaluz y secretario general del PSOE-A, José Antonio Griñán, dio ayer un sonoro golpe en la mesa y asumió esos mismos calificativos como necesarios para proteger al estrato social más débil y desprotegido ante la crisis. Si tomar decisiones en favor de quien lo está pasando mal es ser radical, este partido (PSOE-A) tiene que ser radical, dijo a gritos en un mitin en Baena (Córdoba). Una hora después, en un acto de partido ante jóvenes militantes en Antequera (Málaga), el presidente del PP-A, Juan Ignacio Zoido, definía a Andalucía como el máximo exponente del régimen socialista tras 30 años de Gobierno del PSOE. Somos un 25% más pobres que el resto, con una tasa de paro 10 puntos por encima de la media y la comunidad que más impuestos paga, dijo. El líder de la oposición reiteró que Griñán es cada día menos presidente de los andaluces y más rehén de IU, la minoría extremista. Las últimas cifras que arrojó la EPA 6,2 millones de parados en España; 1,4 en Andalucía seguidas de la comparecencia, el viernes, de los ministros de Economía y Hacienda, admitiendo que el desempleo no va a revertir en los tres años que quedan de legislatura han violentado la escena política andaluza. Hace un mes, Griñán y Zoido se inclinaban por arrimar el hombro, sumar fuerzas y firmar un pacto por el empleo. El tono con el que se atacaron ayer parece haber roto todos los puentes de diálogo. El líder socialista no puede defender sus políticas sin pivotar machaconamente contra los recortes de Rajoy. Frente a un Gobierno que privatiza la educación y la sanidad, en Andalucía mantenemos las becas, los comedores, no aumentamos el número de alumnos por aula y no entregamos la sanidad a empresas privadas. Y el líder popular está abocado a defender las decisiones del Ejecutivo central y censurar la deriva extremista, populista y demagógica de la Junta. El PSOE es una máquina de paro, pobreza y exclusión social, dijo ayer Zoido. Su antecesor, Javier Arenas, dio un paso más al definir al PP como un partido reformista, progresista, frente al PSOE, que son los conservadores porque se oponen a todas las reformas. Griñán y Zoido se enredaron ayer en la herencia recibida. En esta España donde aumenan las desigualdades, Rajoy sólo puede referirse a la herencia recibida. Es una vergüenza, dijo Griñán, son irresponsables y herederos de sí mismos, porque tras 16 meses en el Gobierno sólo tenemos más impuestos, más paro, menos derechos laborales y sociales, más recortes y más desigualdad. Esto es lo que nos ha traido la derecha que nos gobierna desde la impotencia, la resignación y el inconformismo. Zoido, en la distancia, replicó que los socialistas no están legitimados para dar lecciones al PP, que se ha encontrado con la peor herencia y las peores condiciones. El PP-A ha censurado las dos medidas de más impacto que ha impulsado la Junta: el decreto antidesahucios, que permite expropiar a los bancos las viviendas de familias a punto de ser desahuciadas (en Andalucía hay 45 desalojos diarios) y el decreto contra la exclusión social, que se aprobará mañana en Consejo de Gobierno, y que quiere garantizar tres comidas al día a niños en riesgo severo de exclusión. Zoido tiene su propia batería de medidas contra la pobreza y para crear empleo que distan mucho del camino emprendido por el Ejecutivo andaluz (ayer volvió a anunciar que entregará a la Junta un plan de empleo para jóvenes); mientras que Griñán, limitado por las competencias autonómicas, aspira a cambiar las reglas del derecho laboral desde Andalucía, y hará llegar al Congreso una propuesta de reforma legal que persigue elevar el sueldo mínimo no embargable a una familia para garantizarle una renta vital digna, condonar la deuda a las pymes cuando liquiden sus bienes y dar prioridad a los salarios y las indemnizaciones por despido en una ejecución concursal. H IU tilda de táctico su pacto con el PSOE, un partido viciado por 30 años de poder IU, socio del PSOE-A en la Junta, defiende en su propuesta de documento político que se debatirá en la Asamblea del próximo junio, que su alianza con los socialistas es táctica y defensiva ante las imposiciones del Gobierno de Rajoy porque considera que el PSOE-A es un partido viciado por 30 años de poder absoluto en la administración andaluza. En el documento, aprobado con el 76,6% de los votos del Consejo Andaluz, informa Europa Press, IU considera que la correlación de fuerzas tan desigual aconseja no propugnar la confrontación directa, sino acumular fuerzas, defender cada empleo y cada servicio público, buscando aliados para ello en lo inmediato. Eso es, en lo concreto en Andalucía, esa alianza táctica y defensiva con el PSOE, un partido viciado por 30 años de poder absoluto. Considera que una posición de confrontación abierta sería factible si hubiera una IU con decenas de miles de afiliados activos, con sindicatos fuertes y muy combativos, y un pueblo en la calle movilizado. Se necesita a la gente en la calle protestando contra cada recorte, hasta los que dicen que hace la propia Junta al aplicar lo que se impone desde Madrid, advierte formación de Diego Valderas. IU subraya también que su participación en la Junta y el mayor crecimiento en lo institucional ha conllevado la absorción de buena parte de los cuadros existentes, resintiéndose fuertemente la organización y sus órganos de dirección política. El incremento electoral y la entrada en la Junta no han conllevado un crecimiento de la afiliación, sino que, muy al contrario, hizo aún más deficitaria la capacidad organizativa. La propuesta de estatutos de IU que se discutirá en la Asamblea incluyen un nuevo artículo, según el cual, el Consejo Andaluz decidirá la circunscripción electoral que encabezará el candidato a la Presidencia de la Junta según lo que estime más conveniente. En 2004, Valderas se quedó sin escaño cuando el sector crítico le impidió concurrir por Sevilla, y tuvo que hacerlo por Huelva.