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La restauración del retablo mayor de la Catedral durará cuatro años

El Cabildo busca un mecenas privado que contribuya a sufragar esta gran obra. El profesor Arquillo dirigió la última intervención conservadora en el año 1977.

el 03 oct 2010 / 19:03 h.

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El retablo mayor de la Catedral está considerado como el más grandioso de la cristiandad.

Cuatro años. Ésa será la duración estimada de los ambiciosos trabajos de restauración del retablo mayor de la Catedral de Sevilla, sin duda el plato fuerte del programa de intervenciones que prepara el Cabildo catedralicio de cara el año próximo.

El proyecto, cuya redacción está a punto de culminarse por parte de un equipo multidisciplinar en el que participan arquitectos y restauradores, se halla "a la espera de presupuesto" y se inscribe en el marco de la limpieza general del interior del templo metropolitano, acometida a raíz de la conclusión de la restauración de los dos pilares agrietados del trascoro.

Según expone el delegado de Administración y Patrimonio de la Catedral de Sevilla, Francisco Navarro, el Cabildo confía de aquí al próximo año en contar con la participación de algún patrocinador privado que, en colaboración con el Cabildo, ayude a costear esta "gran obra", de manera que los trabajos de restauración puedan arrancar a lo largo del año que viene.

La mejor de las noticias es que los sevillanos podrán ser partícipes de la evolución de los trabajos. La intención del Cabildo Catedral es que, durante el tiempo que duren las labores de restauración y siempre de manera organizada, los ciudadanos puedan admirar de cerca los 44 casetones y las más de 200 figuras de santos que se disponen en las pilastras que articulan el retablo mayor, considerado el mayor de la cristiandad y cuya construcción se extendió de 1482 a 1564. Un retablo de casi 30 metros de alto por casi 20 de ancho, con cuatro cuerpos de altura más un banco en horizontal y siete calles, que los sevillanos van a poder contemplar por vez primera en un vis a vis gracias a la novedosa estructura del propio andamiaje que se instalará en el altar mayor catedralicio para la ejecución de estos trabajos. De esta forma, a través de visitas concertadas, los ciudadanos interesados podrán escalar por el monumento para admirar con detalle elementos que quedan a varios metros de altura. Navarro señala que a la hora de redactar el proyecto se exigirá expresamente que el andamio que se instale sirva de taller de trabajo in situ a los restauradores y, a la vez, permita la visita del público.

"Lo que se va a realizar es una limpieza de consolidación, fijando la pigmentación que esté deteriorada. Las piezas, salvo posible excepción, no se van a llevar fuera para su restauración. Lo que no se va a hacer es redorar allí donde haya alguna laguna de dorado, ya que se trata de un pan de oro de bastante calidad", apunta el delegado catedralicio de Administración y Patrimonio.

La última intervención con fines de conservación que se llevó a cabo sobre el retablo mayor data de marzo de 1977. Los trabajos fueron realizados en aquella ocasión por un equipo de más de diez especialistas dirigido por el catedrático de Restauración de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, Francisco Arquillo. Aquella restauración, "la única conocida y documentada que se ha llevado a cabo de manera integral" sobre este conjunto, recalca Arquillo, se prolongó hasta octubre de 1979 y supuso, por entonces, una inversión de unos 12 millones de pesetas. "Se desmontaron figuras, se trató la arquitectura... en fin, fue una restauración completa y a fondo", subraya Arquillo, de ahí que crea que el conjunto "no requiere una restauración de la envergadura de la que se hizo hace más de 30 años", sino más bien "una revisión".

Película de súper 8. Arquillo recuerda que en aquella primera e histórica restauración del retablo mayor se instaló un taller en el colegio de San Miguel, situado frente a la Catedral, en la avenida de la Constitución, donde un equipo de más de diez personas resanaba las piezas que se hallaban en peores condiciones. Además de un vasto archivo fotográfico "que podría servir de apoyo a la próxima intervención", entre los tesoros que el catedrático conserva en su poder de aquella primigenia restauración, se encuentra una película grabada en súper 8 del momento en que, después de varios siglos, se procedía a la bajada desde las alturas catedralicias del llamado Cristo del Millón, el crucificado que forma parte del calvario gótico que corona este conjunto.

El catedrático de Restauración sugiere que esta nueva intervención debería aprovecharse para volver a instalar la gigantesca plataforma con un torno que tenía el retablo detrás, situada justo en el último cuerpo, donde figura el apostolado y que, según refiere, "se empleaba para subir el velo de la Cuaresma cuando se cubrían los altares".

"Aquella plataforma, de 30 por 20 metros, se desmontó para reforzar las vigas de madera y nunca se volvió a instalar de nuevo", lo que considera una "auténtica pena".

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