La crisis económica y la caída del IPC (cuyos últimos datos, sin embargo, indican una moderación de este descenso) tienen su lado positivo en los precios de los libros de texto para el curso que está a punto de empezar, que suben este año sólo un 1,7%, la menor subida en los últimos diez años. Ello dará un respiro a las familias con niños en edad escolar, que se enfrentan en septiembre a los mayores desembolsos del año. La facturación de libros de texto el curso pasado fue de 898 millones de euros, y se vendieron 52,7 millones de ejemplares, tres millones más que el año anterior, porque los cambios introducidos por la LOE imposibilitaron la reutilización de libros del curso anterior. En la medida de lo posible, esa reutilización debería ser potenciada como un sistema de ahorro que ha funcionado a la perfección en épocas de crisis como la que atravesamos.
