La Rinconada ha escrito una de las páginas más solidarias de su historia donando una calle para una buena causa. El Ayuntamiento incluyó en el callejero la vía del Donante, en reconocimiento de los que, desinteresadamente, ceden sus órganos o su sangre para salvar la vida de otra persona.
Alrededor de esta vía se organizó un sencillo encuentro que reunió a numerosos vecinos sensibilizados con este tema, bien porque lo han vivido en la piel de un donante -o un trasplantado- o bien porque quisieron sumarse al evento como gesto solidario con los enfermos y sus familias y, en especial, a los que dan sin recibir nada a cambio.
Tras descubrir una placa colocada para la ocasión, varias personas compartieron sus vivencias personales con los presentes. Ése fue el caso de Rosa Corbí, transplantada de pulmón, que mostró su satisfacción "por la iniciativa solidaria y la colaboración del Ayuntamiento que ha difundido la importancia de las donaciones, ya que muchas veces son imprescindibles para seguir viviendo con calidad de vida". Además, agradeció "el gesto solidario de donantes anónimos" que hace que personas como ella superen una enfermedad.
El alcalde de la localidad, Javier Fernández (PSOE), presidió el acto junto a la concejal de Salud, Raquel Vega; la directora del Centro Regional de Transfusión Sanguínea-Sevilla Huelva, Elena Franco; y el responsable provincial de la Organización Nacional de Trasplantes, José Pérez Bernal. Fernández destacó que "en el municipio se ha incrementado el número de donaciones pero hay que aspirar a más". "Desde el Ayuntamiento apoyamos incondicionalmente este tipo de iniciativas para continuar trabajando por una La Rinconada solidaria, que se coloque a la cabeza en valores y en principios", continuó el regidor.
También destacó la labor de las dos hermandades rinconeras, la de la Resurrección y la del Cristo del Perdón, que colaboran en las campañas de donación que periódicamente se realizan en el pueblo. De hecho esta semana se han desarrollado tanto en La Rinconada como en el núcleo de San José.
Pero sin duda uno de los momentos más emotivos de la jornada se vivió cuando intervino Manuel Muñoz, que se encargó de poner voz a las familias de los donantes. Detrás de su historia existe una "generosidad sin límites" y "un corazón muy grande", como definió Pérez Bernal a los familias que "ante una desgracia reaccionan de una forma tan sabia". Así, el hijo de Manuel falleció hace tres años en un accidente de tráfico. En ese momento ni él ni su familia se lo pensaron dos veces y realizaron una donación multiorgánica. "Gracias a aquella decisión mi hijo no ha muerto, sino que hay siete u ocho personas que viven con sus órganos", manifestó emocionado. Además, concluyó sus palabras reivindicando la importancia de gestos de este tipo, ya que "si no hay donantes no se pueden salvar vidas".
