Bares, restaurantes, tiendas, gasolineras y hasta servicio de reparación ligera de vehículos. La ronda de circunvalación SE-40 va, paso a paso, tomando forma, aunque sea sobre el papel. El último movimiento llegó del Ministerio de Medio Ambiente, que accedió a la ubicación de áreas de descanso en los 77 kilómetros de la autovía. Serán tres, dos de ellas en la comarca del Aljarafe y una en el término municipal de Alcalá de Guadaíra, después de que el Gobierno de la Nación asegurara que el proyecto "cuenta con los requisitos medioambientales" y que las obras "no producirán impactos adversos significativos". Todo ello tras realizar el preceptivo estudio de impacto ambiental.
La primera se ubicará en el inicio del tramo 3, cuyas obras están paralizadas a la espera de una nueva concesión. Estará en el kilómetro 17, en el límite entre Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas y sólo cuenta con una objeción: extremar la cautela para que la construcción del área de descanso no afecte a las aguas superficiales. No hay problemas, en cambio, con los restos arqueológicos encontrados en este tramo de la SE-40, que motivaron el sobrecoste de la obra y su suspensión.
Medio Ambiente tampoco pone objeciones a la ubicación de la segunda área de descanso, que irá en uno de los tramos que se encuentran en su fase inicial. Será en el tramo 6, que conecta Coria del Río (A-8058) con Almensilla (SE-648). La estación de servicio se instalará en una pequeña parcela que pertenece a Gelves, aunque esté alejada de su término municipal. Las recomendaciones que se hacen son extremar el cuidado del paisaje y evitar que las obras perjudiquen a la hacienda de San Ignacio de Torquemada, declarada bien de interés cultural (BIC) con la tipología de monumento.
La última que se prevé para la SE-40 se ubicará también en la comarca del Aljarafe, aunque en un tramo cuyo proyecto está en fase de redacción y adjudicación. Estará en Salteras, en el kilómetro 53 de la futura autovía. Medio Ambiente concluye que, al estar cerca de una vía pecuaria, será necesario que se tomen las medidas para evitar la afección sobre el patrimonio arqueológico.
Pese a que son tres puntos, se adecuarán áreas de descanso en los dos sentidos de la SE-40 y contarán con lo habitual en este tipo de instalaciones: gasolinera, aparcamientos para vehículos ligeros y pesados, áreas de recreo, bar, restaurante, tienda, servicio de reparaciones ligeras y limpieza de vehículos, venta de repuestos y accesorios para éstos.
La resolución se produce después de un año y medio de perfilar el proyecto y realizar las pertinentes consultas a las administraciones locales implicadas en las obras de la SE-40 y a la Junta de Andalucía. También se solicitó las aportaciones de algunas asociaciones de conservaciones como SEO/Bird Life y WWF/Adena y Ecologistas en Acción.
En esta evaluación, la Consejería de Cultura, que era la que podría haber trasladado más quejas a la ubicación, se mostró conforme con el emplazamiento escogido para las tres gasolineras. Eso fue después de comprobar que no van a ocasionar "afecciones directas o indirectas a los bienes integrantes del patrimonio arqueológico y etnológico". En cualquier caso, también reclamó, en un informe que presentó en noviembre de 2010, de que fuera informada de hallazgos o evidencias arqueológicas que se produjeran en el transcurso de las obras de las gasolineras.
En este periodo de consultas también se descartó que estas actuaciones vayan a afectar al entorno, ya que se encuentran alejadas del área protegida del río Guadalquivir -la más cercana estará a cinco kilómetros- o al parque periurbano de la Hacienda Porzuna (Mairena del Aljarafe).
De modo que, a falta de los fondos suficientes para agilizar la obra como se pretendía, la SE-40 sigue adelante en su nuevo cometido: acelerar lo más posible el proceso de tramitación para que, en cuanto se supere la crisis, se actúe directamente sobre una infraestructura que se antoja clave para la movilidad del área metropolitana. Sólo hay que ver el recorte drástico de la inversión que el Ministerio de Fomento aceptó para los Presupuestos Generales del Estado (PGE): sólo recibirá este año 82 millones de euros, una cifra que, pese a no ser desdeñable, está por debajo de los 200 de anteriores ejercicios, y más si costará unos 1.200.
