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La saga de los Bécquer

Antonio Reina Palazón, agitador cultural por derecho propio, me presentó hace poco a Jesús Rubio, que me dio su libro sobre el padre de los Bécquer, editado recientemente en Arte Hispalense.

el 15 sep 2009 / 06:52 h.

Antonio Reina Palazón, agitador cultural por derecho propio, me presentó hace poco a Jesús Rubio, que me dio su libro sobre el padre de los Bécquer, editado recientemente en Arte Hispalense. Así que lo he leído en estos días. El autor escarba en la vida del pintor pero, por debajo de sus vicisitudes, aparece nuestro retrato social del XIX, la alforja en la que va lo que somos nosotros mismos y que sólo vemos cuando nos ponen la cabeza mirando hacia atrás, como en el cuento de Juan Soldado. José Domínguez Insausti, José Bécquer, tiene su producción pictórica más perdida que el barco del arroz, aunque en su tiempo fuera agente de una Sevilla con la que intentaba hacer algo parecido a lo que hicieron Canaletto o Guardi en Venecia.

Andan perdidos José y sus cuadros, su hermano Joaquín e, incluso, sus hijos Valeriano y Gustavo Adolfo: aquí se prefirió a otras familias que se daban pisto aunque no supieran de nada. Sevilla acude multitudinariamente a ver las Visiones de España, de Sorolla, y eso está muy bien pero no ha visto todavía la obra de los Bécquer, de todos los Bécquer sevillanos, que fueron un gozne en pintura, en literatura, en antropología? y hasta en política. Los Bécquer marcan un antes y un después pero entonces no tuvieron mecenas y hoy, al parecer, tampoco quiere serlo nadie. O a lo mejor, nadie quiera enseñarnos la alforja con nuestra propia miseria.

Antonio Zoido es escritor e historiador

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