Cultura

La Sala Q cierra definitivamente hoy con un concierto de Los Aslándticos

Las deudas, la falta de apoyo y de rentabilidad ponen fin a seis años de música.

el 30 dic 2010 / 20:12 h.

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Una mala noticia para terminar el año. Aunque la Sala Q venía alertando desde 2007 de que las cuentas no le salían y de que iba a tener que cerrar por falta de rentabilidad, arriesgó a prolongar su actividad, a base de conciertos de una más que notable calidad. Sin embargo, los números rojos han acabado imponiéndose y esta noche el telón caerá definitivamente sobre su escenario.

La Sala Q, ubicada en el Polígono Calonge, cierra sus puertas con la entrada de 2011 tras seis años de actividad y más de 500 actuaciones en directo. La causa, los problemas económicos que no han abandonado a este establecimiento desde hace años.

“Debí haber cerrado en 2007, cuando empezó a ponerse mal la cosa. Ahora la pelota ha engordado mucho y tenemos demasiadas deudas”, explicaba ayer a este periódico el propietario del local, Juan Manuel Martín.

La Sala Q ocupa en alquiler una nave industrial, cuyo dueño ya no permite seguir con la actividad musical debido a que se le adeudan “demasiadas” rentas. A esto hay que sumar las cantidades que todavía deben pagar a sus proveedores, expone Martín, que confiesa que a partir de enero se enfrenta a “problemas económicos serios”.

Ante este panorama, no le queda más remedio que echar el cierre. La banda cordobesa Los Aslándticos será la última que suba al escenario de este local, por el que han pasado artistas independientes y grandes estrellas del rock y el pop. Para la despedida, el citado grupo ha organizado una gran fiesta con actuación en directo. Habrá entrada y barra libre a modo de cotillón de fin de año, informa Europa Press.

La decisión de clausurar la Sala Q se tomó antes del pasado verano, pero desde entonces Martín dedicó todo el periodo estival a programar los meses que restaban al año un maratón de conciertos titulado 100% Qultura, que ha contado con la actuación de artistas como Hora Zulú, Paul Gilbert, Sober, Anathema, The Fuzztones, Obus, Loquillo, Love of Lesbian, Los Delinqüentes o La Unión.

“La intención era tener un final digno, y tapar parte de la gran deuda que tiene la sala”, si bien “la cosa no ha salido como pensábamos”, añadió el responsable. “Aunque octubre y noviembre ha ido bastante bien, la crisis ha hecho que en diciembre todo haya salido muy mal, porque parece que la gente no quiere gastar el dinero en este tipo de cosas, y se ha notado un bajón tremendo”, lamentó Martín.  

Aunque el propietario del local musical estaba en negociaciones con una empresa para traspasar el negocio y que se mantuviera la actividad, finalmente la operación no ha sido posible. “A día de hoy la cosa está muy negra, porque nos ofrecen muy poco dinero, por lo que esta opción ya no es viable”.

A juicio de Martín, “una sala de conciertos no es rentable por sí sola si no funciona también como discoteca; no es rentable, como imagino que le pasa al teatro”.

Lo que sí tiene claro este empresario es que “Sevilla está a años luz de ser verdaderamente Ciudad de la Música”, un título que le otorgó la Unesco a la capital hispalense.

De hecho, el apoyo municipal a esta sala ha sido escaso. A lo largo de sus seis años de vida, la Sala Q ha recibido en subvenciones unos 40.000 euros, según apuntó Martín. “En 2008 nos hicieron incluso devolver parte de una ayuda que nos dieron, porque ellos decían que habíamos tenido beneficios, y que entonces teníamos que devolver 3.000 euros”, agregó.

Además, todavía está a la espera de que la Delegación de Cultura del Consistorio le abone unos 28.000 euros que le fueron concedidos en 2009. En cualquier caso, el empresario quiso dejar claro que no responsabiliza a ninguna institución. “La culpa no la tiene nadie. Si no es rentable es porque a la gente no le gusta la música, no hemos podido darle suficiente publicidad o la crisis económica no permite al público gastar dinero en conciertos. Ya no hay remedio. Otra vez será”, concluyó.

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