Cultura

La Sala Santa Inés indagará en el incierto origen de la Vía de la Plata

Este verano la Sala Santa Inés permitirá dar un salto de 3.000 años al pasado, hasta la Protohistoria, para indagar sobre el incierto origen de la Vía de la Plata, ruta que atravesó la Península de norte a sur, siendo testigo del florecimiento de grandes núcleos culturales, como el de Tartessos.

el 15 sep 2009 / 07:07 h.

Este verano la Sala Santa Inés permitirá dar un salto de 3.000 años al pasado, hasta la Protohistoria, para indagar sobre el incierto origen de la Vía de la Plata, ruta que atravesó la Península de norte a sur, siendo testigo del florecimiento de grandes núcleos culturales, como el de Tartessos.

Una de las exposiciones arqueológicas más importantes del año, La Vía de la Plata. Una calzada y mil caminos, que rememora a través de una selección de más de cien piezas esta ruta histórica, concebida por el gobierno romano para el control militar de la Península y para la distribución de productos comerciales, podrá verse desde el próximo 10 de julio hasta el 3 de septiembre en la Sala Santa Inés de Sevilla.

Enrique Cerrillo, catedrático de Arqueología de la Universidad de Extremadura, y Ana Montalvo, arqueóloga de la Junta de aquella comunidad, son los comisarios de esta muestra, ideada como un largo camino en el que el visitante recorre los territorios geográficos de las distintas regiones españolas que conforman la Vía de la Plata -Extremadura, Castilla y León y Andalucía- así como sus ramificaciones hacia Galicia y Asturias.

Organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), la exposición recrea a través de una treintena de paneles didácticos los pormenores de las diferentes etapas que constituyen la Vía de la Plata. Junto a ellos se exhiben cerca de un centenar de vestigios que ilustran las diferentes huellas que desde la Protohistoria, y a lo largo de tres milenios, han depositado en los márgenes de esta calzada las distintas culturas que han transitado la Península Ibérica.

De esta forma, el visitante que durante este verano se acerque a Santa Inés podrá retroceder en el tiempo miles de años hasta situarse sobre aquella vía, que le llevará a encontrarse con las piezas más espectaculares: miliarios romanos -columnas cilíndricas que se colocaban al borde de las calzadas para señalar las distancias cada mil pasos o milla romana (1.480 metros)-, tallas de diferentes etapas históricas, parte de las réplicas de varios tesoros de culturas megalíticas, como el del Carambolo, o inmensas lápidas funerarias.

Además, las huellas de las civilizaciones que dieron uso a esta ruta se materializarán en la exposición a través de otros objetos de orfebrería, cerámica, relieves, epigrafías, réplicas de esculturas, arcillas, vidrios, útiles de telar, material de construcción, facsímiles con repertorios de todos los caminos de España, o maquetas de maquinaria de construcción romana, entre otros elementos.

Las piezas más relevantes que podrán verse en Sevilla, al margen de las réplicas del Carambolo -cuyo descubrimiento cumple 50 años este otoño- son dos enormes miliarios originales, procedentes de la Vía a su paso por Astorga y Salamanca, que deslumbrarán al visitante por su incalculable valor y su espectacular apariencia.

También podrá contemplarse una estela de guerrero -monumental pedestal del Arqueológico sevillano-, un verraco o escultura de toro en piedra, procedente de Ávila, o varias lápidas funerarias originales de Mérida y Astorga. La muestra, al igual que el ciudadano que la visite, hará un recorrido simbólico por la Vía de la Plata. De momento, ya ha pasado por Museo Nacional de Arte Romano de Mérida y por el Museo Romano de Astorga.

Aunque inicialmente iba a celebrarse en el Monasterio San Isidro, en Santiponce, finalmente se ha optado por acercar la muestra al centro de la capital hispalense. Tras recalar en Sevilla, seguirá su ruta hacia el Arqueológico de Asturias (Oviedo), para acabar en Galicia, de diciembre de 2008 a febrero de 2009, en una sede aún por determinar.

Todas las piezas proceden de una decena de instituciones y coleccionistas privados como la Biblioteca Nacional, el Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo, la Junta de Extremadura, el Conjunto Arqueológico de Itálica, el Museo Arqueológico de Asturias, el Arqueológico Nacional, el de Sevilla, el Museo de Cáceres, el Museo de los Caminos de Astorga, el Museo de Lugo, el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida, el de Reproducciones Artísticas, el de Salamanca, el de Zamora, o el Parque Arqueológico Natural de la Campa Torres.

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