El exceso de sal en el agua del Guadalquivir ha dado ya sus primeros frutos: los arroceros cifran en 15 millones de euros el coste de la pérdida de al menos el 15% de la cosecha de este año. Aún resta tiempo para hacer una cuantificación global de la temporada, pero esta cifra puede aumentar aún más. Mientras tanto, los expertos contratados por el Ministerio de Fomento siguen elaborando hipótesis sobre las causas de una salinidad que, por momentos, ha quintuplicado los niveles normales en el cauce del río. Los sedimentos de la obra del Metro por San Juan, las mareas causadas por el viento de levante y los dragados se aventuran como posibles causas, pero todavía no se ha determinado con exactitud cuál es el origen de la turbidez y salinidad del agua. Los problemas se detectaron en enero. ¿Se necesita tanto tiempo para saber qué está pasando en el Guadalquivir?