España tampoco sale bien parada en cuanto al gasto público en Educación, como porcentaje del PIB. Así, y mientras que en la OCDE ese gasto se ha incrementado, en nuestro país se ha reducido en cuatro décimas entre los años 1995 y 2005, lo que sitúa al país a más de un punto por debajo de la media europea en inversión educativa, si bien el informe no incorpora la memoria económica de la ley orgánica de Educación.
Concretamente, España invirtió en 2005 el 4,2% del PIB y la media de la OCDE y la UE el 5,3%. En este sentido, Almunia destacó que "aproximadamente" estas cifras en 2008 han aumentado en España hasta alcanzar el 4,54%, debido al desarrollo de la Ley Orgánica de Educación aprobada en 2006. Sin embargo, reconoció que para que la financiación del sistema educativo alcance niveles óptimos "hay que apretar el acelerador".
Igualmente, la OCDE alertó de los problemas que se plantean a la financiación futura de los estudios universitarios en muchos de sus países miembros ante la creciente demanda de estudios superiores.
El secretario general de la OCDE, en síntonía con Almunia, pidió que esos países "aumenten netamente sus recursos educativos para responder a la creciente demanda de estudiantes que quieren obtener un diploma superior y de empresas que buscan jóvenes altamente cualificados".
"El caso más preocupante" es el de los países que en los últimos años no han incrementado sus fondos públicos para la universidad, y además no han abierto nuevas vías de financiación, apuntó. En este grupo se incluyen los Estados de Europa continental, aunque aludió al caso de España como "una excepción".
