"Quiero mucho a mi hermana y a mis padres". Estas palabras cobran especial significado en boca del pequeño Antonio, de 6 años, que salió ayer del Hospital Virgen del Rocío libre de la aplasia medular severa que padecía desde los 4 años, una grave enfermedad que le obligaba a hacerse transfusiones de sangre semanales al carecer de médula ósea que fabricara plaquetas y glóbulos blancos. Su curación ha sido posible gracias a su hermana Estrella, nacida hace cuatro meses mediante la técnica del diagnóstico genético preimplantatorio para asegurarse de que su médula, extraída de la sangre del cordón umbilical, era compatible con la de su hermano y le podía curar. Desde que en 2006 se aprobó la Ley de Reproducción Asistida, que permite seleccionar genéticamente los embriones para que nazcan libres de enfermedades hereditarias, se ha utilizado esta técnica en tres casos para que además estos niños sirvan como donantes a sus hermanos enfermos y dos de ellos se han realizado en el hospital sevillano, el centro de referencia para esta técnica en Andalucía.
Antonio, poco hablador, se encuentra "bien" y tiene ganas de salir del hospital y "ver al abuelo y a la abuela". Tras el trasplante ha estado cinco semanas ingresado pero su aún corta vida es un periplo por los hospitales y un rosario de limitaciones para evitar cualquier infección. Su enfermedad le provocó una pérdida progresiva de células madre de su médula ósea y por tanto, la incapacidad de generar células sanguíneas que protegieran su sistema inmunológico, de ahí la necesidad de transfusiones sanguíneas continuas que además iban dañando algunos órganos.
Todavía lleva mascarilla y tendrá que tomar inmunosupresores durante entre seis meses y un año, como cualquier trasplantado para evitar rechazo. Sus padres, Antonio y Melania, reconocen que aunque "está contento", él "aún no es muy consciente" de que "dentro de un tiempo ya no tendrá que llevar mascarilla, irá al colegio y podrá jugar con todos sus primos a la vez sin tener que clasificarlos", explicaba ayer el padre a la vez a una nube de periodistas y al niño.
De lo que sí es plenamente consciente Antonio es de que su hermana Estrella, a la que abrazaba y acariciaba sin parar, le ha salvado la vida. "Desde el principio se lo dijimos, que iba a tener una hermanita a la que íbamos a querer mucho y que además le iba a ayudar a curarse", relató su madre.
La familia, procedente de Granada, dejó ayer el hospital deshaciéndose en agradecimientos al equipo médico que les ha tratado y abrumada por la atención mediática. "Estamos muy contentos, son dos años y medio sufriendo y ya es hora de que nos toque algo bueno y el niño vaya remontando", decía el padre, cocinero de profesión. Para Melania "no hay palabras" para expresar su gratitud y satisfacción. Antonio y Estrella son "las dos cosas mejores que tenemos en la vida".
De momento, Antonio tendrá que pasar revisiones semanales con el equipo de la Unidad de Hematología Pediátrica que dirige el doctor José María Pérez Hurtado. En casa tiene que seguir algunas pautas "pero no muchas, evitar aglomeraciones y sitios cerrados, lavar previamente las verduras frescas o evitar contacto con portadores de infecciones". Los padres de Antonio cuentan que está deseando irse de vacaciones y el doctor Pérez Hurtado asegura que "la playa es un sitio muy limpio, más que una piscina, aunque el sol no le conviene mucho porque le hemos dado radioterapia".
La pequeña Estrella se ha convertido así en el tercer bebé medicamento -una nomenclatura popularizada que los médicos detestan- que consigue salvar la vida a un hermano, y el segundo nacido en el Hospital Virgen del Rocío, el centro de referencia en Andalucía para esta técnica, que solo se utiliza cuando ningún tratamiento farmacológico o de otro tipo funciona y los médicos determinan que el trasplante es la única solución. Primero se buscan donantes compatibles entre los familiares y si no existen, en el Registro Nacional de Donantes de Médula Ósea. Para Antonio no hubo suerte y su deterioro impedía esperar eternamente. Es entonces, si los padres quieren tener otro hijo, cuando la Consejería de Salud solicita permiso a la Comisión Nacional de Reproducción para practicar una fecundación in vitro seleccionando previamente los embriones para que el bebé que nazca esté sano y además resulte compatible con su hermano. En el caso de Estrella, no había riesgo de que naciera con la misma patología que su hermano ya que la aplasia medular severa es una enfermedad hematológica rara de origen desconocido pero no suele ser hereditaria. Lo que sí había que asegurarse es de que su médula era compatible con Antonio.
El Virgen del Rocío ha solicitado autorización para usar esta técnica en siete casos. Dos ya han concluido con éxito (el primero en 2008) y otros cinco están en proceso, ya que el embarazo no siempre se logra a la primera. Estrella nació al segundo intento.