Si tienen tiempo, les pido que observen las selecciones que se han clasificado, o se van a clasificar, para la próxima Eurocopa. Las de siempre. A saber: España, Alemania, Italia, Rusia, Francia, Holanda, Grecia, Inglaterra y Portugal. Amén de las de la repesca. No uso las volcánicas expresiones del presidente José María del Nido sobre la Liga, razones le asisten de sobra, pero sí una parecida como sería "birria de clasificación".
La UEFA y las federaciones necesitan para su mantenimiento competiciones largas metiendo selecciones de países que nada pintan en fútbol pero que justifican por ser europeos. Después vienen las goleadas, la falta de interés, porque todos saben quienes, salvo sorpresa mayúscula, se clasificarán para el torneo.
Ni un tiro checo. Un simple dato sobre esa diferencia que hace que el fútbol pierda interés. El rival de España en la clasificación, aparentemente, era Chequia. Pues bien, en Praga jugándose la clasificación el equipo checo se produjo el dato escalofriante de que durante los noventa minutos no tiraron una sola vez entre los tres palos de Casillas. En el fondo, la misma diferencia que advertimos entre FC Barcelona y Real Madrid en nuestra liga. Esta diferencia de nuestros excepcionales futbolistas, que puede resultar a priori interesante, al final hasta que no llegan los enfrentamientos con los grandes no es buena para el fútbol.
Cuestión de tiempo. Si llevan estas consideraciones a nuestra Liga el resultado es exactamente el mismo. Al principio, puede algún incauto lanzar proclamas sobre cierta igualdad. Ello se debe a los pocos partidos de competición y a que la diferencia de puntos que alcanzarán Barça y Madrid sobre el resto vendrá determinada por el paso de los partidos y la correspondiente suma de puntos. El fútbol vive de la competición y en ella radica su interés. Cuando no se compite, porque no se puede por la diferencia entre los equipos, llega la desidia y la falta de interés del aficionado.
Descafeinado. Encuentro la misma diferencia entre las selecciones hasta que llegan los compromisos serios y decisivos en Eurocopa o Mundial, y nuestra actual Liga esperando a que lleguen los enfrentamientos FC Barcelona-Real Madrid. En ambos casos es cuando se sirve el verdadero café porque en el resto todo es descafeinado.
