La celebración de la Semana Santa en fechas tempranas ha sido uno de los factores que ha provocado que los precios se mantuvieran en marzo en niveles no recordados en los últimos trece años. Eso, junto al continuo encarecimiento del petróleo, ha elevado la inflación al 4,5% en España y en Andalucía. No hay tregua para las economías domésticas.
Más que la Semana Santa, los responsables son los sectores vinculados directa e indirectamente con ella. Restaurantes, hoteles, viajes... Todo lo relacionado con el turismo y con el ocio y la cultura ha tomado el relevo a los alimentos -si bien, muchos de los cuales han seguido subiendo- para mantener los precios en cotas elevadas, tanto, que no se producían desde julio de 1995.
El Índice de Precios al Consumo (IPC) se incrementó en marzo una décima, hasta dejar la tasa interanual (de los últimos doce meses) en el 4,5%, compartida tanto en España como en Andalucía, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En esta escalada de los precios, que se sucede por quinto mes consecutivo, tuvo -como viene siendo habitual- un papel protagonista el petróleo. No en vano, los máximos alcanzados por el barril de crudo en los mercados internacionales, repercutidos sobre las gasolina de forma casi inmediata, dejaron su reflejo en el sector del transporte. Y es que éste fue el que más subió, un 7,5%. ¿Responsable? Carburantes y combustibles, con una subida interanual del 17,8%.
Sin embargo, tampoco puede olvidarse el encarecimiento de los alimentos, sobre todo los más básicos, que si bien no destacaron en marzo por unas subidas desmesuradas, sí que acumulan en los últimos doce meses alzas de dos dígitos. Es el caso de la leche, que se pagó el mes pasado un 27,3% más cara que en marzo de 2007, los huevos costaron un 12,5% más, el pan se incrementó el 11,2%, las frutas frescas subieron un 11,1%, y los productos lácteos aumentaron el 10,7%. De hecho, el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas se incrementó un 6,9% en el último año.
Sin embargo, algunos alimentos como el pescado fresco y congelado, la carne de ovino y la leche, se anotaron ligeros descensos en marzo respecto al mes anterior.
No obstante, la inflación subyacente, aquella que no tiene en cuenta los alimentos elaborados ni los productos energéticos, aumentó una décima, y se quedó en el 3,4%.
Pocas alegrías trajo marzo a la cartera. A los efectos de la Semana Santa, se sumó el inicio de la temporada de primavera-verano, que se trasladó a los precios del vestido y el calzado (un 3,4% más). El resto de actividades también se encarecieron, de manera que sólo los medicamentos aportaron un leve respiro a la cartera, al caer un 1,2%.
La inflación aumentó en marzo en todas las comunidades autónomas, si bien lo hizo con más fuerza en Canarias (1,1%), así como Aragón, Galicia y País Vasco, donde los precios subieron un 1%. Por provincias, el mayor alza mensual se lo anotaron Teruel y Guipúzcoa (1,2%).
andalucía. En el caso andaluz, los precios subieron en marzo nueve décimas, hasta el 4,5%. Granada y Huelva, con sendas subidas del 1,1%, lideraron los incrementos, aunque es Almería, con una tasa interanual del 5,1%, la que se sitúa en cuarto lugar de todas las provincias españolas, sólo precedida por Teruel (5,7%) y Ávila y León (5,2%).
Sevilla, por su parte, registró un alza de ocho décimas, y dejó el IPC en el 4,5%. Andalucía siguió la misma tónica que España, ya que el transporte subió un 7,3% y los alimentos un 7% en los últimos doce meses. Pese a estos malos datos, el Gobierno andaluz destacó ayer la incidencia de la subida de los carburantes, que ha influido en casi el 30% de la inflación general. Este componente recoge la trayectoria fuertemente alcista del petróleo, que en marzo cotizó al máximo histórico de 103,5 dólares (41,5 dólares más que en el mismo mes de 2007), lo que supuso un incremento del 67%.
De este modo, la mitad del incremento global en marzo se debe al comportamiento de pan, leche, derivados lácteos, frutas y carburantes, pese a que sólo representan el 13,7% de la estructura del IPC.
