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La sencilla exquisitez del talento gastronómico

Javier Padura y Lucas Bernal son dos profesionales de la hostelería criados al amparo de la Escuela de Hostelería de la Taberna del Alabardero y formados en algunos de los mejores restaurantes de dentro y fuera de España. (Foto: H. Mangas).

el 15 sep 2009 / 03:01 h.

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Javier Padura y Lucas Bernal son dos profesionales de la hostelería criados al amparo de la Escuela de Hostelería de la Taberna del Alabardero y formados en algunos de los mejores restaurantes de dentro y fuera de España. En su vida han ido yendo y viniendo, coincidiendo y adquiriendo experiencias paralelas que ahora se complementan.

Lucas, más gestor, se encarga de la sala y las compras y Javier, junto a su equipo de cocina con Antonio Santos a la cabeza, de la carta y el producto.

Este negocio nace de su necesidad de expresar todo lo aprendido y sus inquietudes. Desde su empresa de consulting a empresas del sector donde lo mismo dan cursos para amas de casa que enseñan a gestionar una cocina o un restaurante, dan el salto a este caserón que recuerda a un cortijo donde han dado rienda suelta a sus sueños.

Aunque el concepto es muy sencillo, buen producto, que ellos mismos compran a diario, con elaboraciones basadas en el recetario tradicional que la gente reconozca fácilmente, su talento salpica cada aspecto convirtiendo cada plato en un alarde de imaginación, lleno de buen gusto. En el local podemos optar por dos opciones, tomar una tapas en la barra o comer a la carta en el restaurante. La carta sin ser muy amplia ofrece un buen repertorio de su cocina haciendo hincapié en los platos al centro para compartir.

Entre las entradas tres son las creaciones que nos proponen una son los panes de aceite, que ellos mismos elaboran en su totalidad (incluido el crujiente pan) con ingredientes nada convencionales que sorprenden por su sencillez y originalidad. Después nos podemos decantar por alguno de sus platos más elaborados como el foie, a la antigua usanza con una deliciosa compota de manzana que multiplica el paté, el carpaccio de ternera o el seductor arroz cremoso con piñones y mascarpone.

El tercer escalón de las entradas lo componen los paltos de producto 100% como las gambas, las anchoas o el jamón ibérico. Los pescados, que compran a diario en la magnífica pescadería del mercado de Castilleja, se preparan al momento al gusto del cliente siempre con ese toque tradicional pero bajo el prisma de Javier y Lucas, que los convierte en actuales como las ortiguillas rebozadas al estilo tradicional, sobre crema de garbanzos.

Increíble el rebozado y el aderezo de los garbanzos. De las carnes, uno de los fuertes del local, nos recomiendan todo el cochifrito hecho durante horas en el increíble horno de leña, el entrecot de ternera o el solomillo de buey, pura crema en la boca acompañado por simple pero sublime guarnición de papas fritas y pimientos asados en el horno, más dos salsas a parte y a elegir. Postres caseros, bodega justa pero equilibrada y magníficas sensaciones.

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