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La Sevilla desmemoriada

La escultura del Papa Juan Pablo II en la Avenida ha abierto la caja de los truenos. La defiende la plataforma de cristianos, que quiere sufragarla a través de una cuestación popular y que ve en el polaco un "referente devocional" de la ciudad; la critica la Iniciativa Sevilla Abierta (ISA), cansada de que los únicos referentes que merezcan estatuas en la ciudad procedan del mundo "de la religión.

el 16 sep 2009 / 01:11 h.

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La escultura del Papa Juan Pablo II en la avenida de la Constitución ha abierto la caja de los truenos. La defiende la plataforma de cristianos, que quiere sufragarla a través de una cuestación popular y que ve en el polaco un "referente devocional" de la ciudad; la critica la Iniciativa Sevilla Abierta (ISA), cansada de que los únicos referentes que merezcan estatuas en la ciudad procedan del mundo "de la religión católica, el localismo y el folclore". Ante esa pugna, surge la pregunta de qué otros personajes están siendo olvidados por Sevilla, qué grandes de la ciudad permanecen en el olvido sin tan siquiera una calle, una placa o un recuerdo. No es cuestión de caer en el "estatuismo", como previene el presidente de ISA, Sebastián Chávez, profesor de Genética en la Universidad de Sevilla, pero sí de "poner en valor a esos otros grandes que no tienen peso en el patrimonio intangible de una ciudad, como son sus calles o sus monumentos".

A su juicio, los gobernantes se "han excedido" a la hora de cargar de simbolismo "del más típico y tradicional" la mayor parte de los homenajes de Sevilla a personalidades de calado, hasta el punto de renunciar al nomenclátor tradicional de no pocas calles para sustituir sus rótulos, algunos de siglos atrás, por nombres de vírgenes y cofradías. "Y no pasa nada, y no se genera debate, y nadie alza la voz", se lamenta Chávez. "Nosotros, en ISA, creemos que ya está bien, por eso recogemos firmas contra la estatua de Juan Pablo II. Hasta ahora había una Sevilla absolutamente centrada en sus actividades, no sólo intelectuales, que no comparten esa inclinación de la ciudad, pero no lo decía. Ahora sí. Ahora tenemos miles de firmas contra ese proyecto, porque esa Sevilla que no hace ruido y que piensa distinto ya no quiere taparse más", explica con vehemencia.

El profesor sostiene que su actitud "nada tiene de radical, pero sí es firme", porque se basa en la convicción de que "también hay una Sevilla de las ideas, de las artes, de la ciencia, de la literatura, que ha de tener su espacio". ISA, sostiene, dice no a la escultura de Karol Wojtyla por sí mismo, como personaje histórico "con algunas luces pero también con sombras", que representa "sólo parcialmente la Fe de los sevillanos", y porque representa la victoria, de nuevo, "de esos sevillanos, respetables, de la Sevilla pública, que manejan muy bien los espacios de poder y expresión y que terminan logrando que las administraciones acojan su visión".

ISA va más allá y constata que "la Sevilla de la tradición" cuenta con numerosas representaciones en calles, plazas y edificios públicos, mientras que "la Sevilla del progreso y de la luces" sigue siendo "una total desconocida". Es más: Chávez insiste en que los gestores de lo público caen "constantemente" en contradicciones, al relajar su ideario frente a los postulados de la Iglesia Católica, "de enorme peso en la capital hispalense". Un ejemplo: los tres hospitales públicos de referencia en Sevilla tienen nombres de vírgenes -Rocío, Macarena, Valme-, "cuando en ellos se realizan abortos o se desarrollan terapias genéticas que, según el Vaticano, son una absoluta agresión a sus creencias".

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